Asamblea GeneralRoma, 21-25 de agosto de 2016

Carta del Cardenal Secretario de Estado a la Presidente de la Conferencia Mundial de Institutos Seculares (CMIS), con ocasión de la Asamblea General

Ciudad del Vaticano, 17 de agosto de 2016

Estimada Señora
Sra. NADÈGE VÉDIE
Presidente del Consiglio Esecutivo
Conferenza Mondiale degli Istituti Secolari
Piazza San Calisto, 16
00153   ROMA

Estimada Señora,

Con ocasión de la próxima Asamblea de la Conferencia Mundial de los Institutos Seculares, el Santo Padre desea enviar a Usted y a todos los participantes su cordial saludo y asegurar su cercanía y afecto, con la solicitud pastoral y sobre todo, con la oración, para que el Espíritu Santo haga fecundo tal encuentro, que tiene como tema: Estáis en el corazón del mundo con el corazón de Dios.

La originalidad y la peculiaridad de la consagración secular se realiza cuando secularidad y consagración caminan juntas en unidad de vida. Podemos decir que hoy es precisamente esta síntesis el desafío más grande para los Institutos Seculares.

El beato Pablo VI entendió y explicitó con lucidez la esencia de la vocación secular, como lo testimonian sus palabras: «Vosotros estáis en una misteriosa confluencia entre las dos potentes corrientes de la vida cristiana, acogiendo riquezas de una y de la otra. Sois laicos, consagrados como tales por los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, pero habéis elegido acentuar vuestra consagración a Dios con la profesión de los consejos evangélicos, asumidos como obligaciones con un vínculo estable y reconocido. Permanecéis laicos, comprometidos con los valores seculares propios y peculiares del laicado (Cfr. Lumen Gentium, 31), pero la vuestra es una “secularidad consagrada”: y más aún: «”Consagración” indica la íntima y secreta estructura que sostiene vuestro ser y vuestro actuar. Está aquí vuestra riqueza profunda y escondida, que los hombres en medio a los cuales vivís no se saben explicar y a menudo ni siquiera pueden sospechar. La consagración bautismal ha sido radicalizada ulteriormente siguiendo una gran exigencia de amor, suscitada en vosotros por el Espíritu Santo; no de la misma forma que la consagración propia de los religiosos, sino de tal manera que os empuja a una opción fundamental para vivir según las bienaventuranzas evangélicas. De esta manera sois realmente consagrados y realmente en el mundo» (Discurso a los participantes en el Congreso internacional de Institutos Seculares, 20 septiembre 1972).

Hoy día se pide a los Institutos Seculares una síntesis renovada, que tenga siempre fija la mirada en Jesús y, al mismo tiempo, inmersos en la vida del mundo. Hacer la síntesis entre consagración y secularidad significa ante todo tener juntos los dos aspectos sin separarlos nunca. Significa también componerlos, no superponerlos: la superposición llevaría a vivir de manera formal, a observar varias prácticas sin que ello comporte un cambio en el modo de vivir las relaciones con los hermanos y con el mundo. Hacer síntesis significa también que no se debe subordinar un elemento a otro: secularidad y consagración deben caminar juntas, una tiene necesidad de la otra; no se  es primero laicos y después consagrados, pero ni siquiera primero consagrados y después laicos, se es contemporáneamente laicos consagrados. De ello deriva también otra consecuencia muy importante: hace falta un continuo discernimiento, que ayude a obrar el equilibrio; una actitud que ayude a encontrar a Dios en todas las cosas.

Para esto es de importancia fundamental la formación, que debe guiar a los miembros de los Institutos Seculares a responder plenamente a la misión de los respectivos Institutos, suscitando un compromiso siempre nuevo y profundo con Cristo que llama y envía, y al mismo tiempo, arriesgarse en la realidad del mundo de hoy. Tal formación es particularmente exigente, porque exige un esfuerzo continuo para aunar consagración y secularidad, acción y contemplación. Sin embargo, si se buscará el permanecer constantemente abiertos a la voluntad de Dios, se tendrá esa mirada de fe que lleva siempre a descubrir a Cristo presente siempre y en todo. Por ello, es necesario educar a una intensa relación personal con Dios que esté enriquecida, al mismo tiempo, por la presencia de los hermanos. La vida comunitaria no es requerida, pero es esencial la comunión con los hermanos. Toda la vida debe estar animada y marcada por la comunión con Dios y con el prójimo.

El compromiso en la secularidad se realiza con un amplio margen, en vastos horizontes. Es preciso, por lo tanto, una continua atención a los signos de los tiempos: la historia va leída, comprendida e interpretada, y es necesario insertarse en ella de manera constructiva y fecunda, para dejar una huella evangélica, contribuyendo, según las diversas responsabilidades, a orientarla hacia el Reino de Dios. Esta vocación comporta por lo tanto un esfuerzo constante para realizar una síntesis entre el amor de Dios y el amor por los hombres, viviendo una espiritualidad capaz de conjugar los criterios que vienen “de lo alto”, de la gracia de Dios, y los criterios que vienen “de abajo”, de la historia humana. El crecimiento en el amor a Dios conduce inevitablemente a un crecimiento en el amor por el mundo y viceversa.

Guiados por el Espíritu Santo en vuestras acciones, introducís en el mundo la lógica de Dios contribuyendo a realizar la nueva humanidad que Él quiere. Es Dios quien obra la síntesis entre secularidad y consagración. Gracias a Él se puede ejercitar una profecía que implica discernimiento y creatividad suscitados por el Espíritu. Discernimiento como esfuerzo por comprender, por interpretar los signos de los tiempos, aceptando la complejidad, la fragmentariedad y la precariedad de nuestro tiempo. Creatividad como capacidad de imaginar nuevas soluciones, inventar respuestas inéditas y más adecuadas a las nuevas situaciones que se presentan. Hacerse compañía de la humanidad en camino es una realidad teológica para vosotros. En ella es parte esencial la búsqueda del diálogo y del encuentro, que os pide haceros hombres y mujeres de comunión en el mundo.

Por tanto, estáis llamados en Cristo a ser signos e instrumentos del amor de Dios en el mundo, signos visibles de un amor invisible que todo lo llena y todo lo quiere redimir para orientar cada cosa a la comunión trinitaria, origen y cumplimiento último del mundo.

En síntesis, podemos decir que es particularmente urgente cuidar la vida de oración: ser mujeres y hombres de oración, de íntima amistad con Jesús, dejando que sea Él el Señor de nuestra vida; y cuidar la vida de familia: no tenéis obligación de vivir en comunidad, pero debéis ser un hogar encendido del que muchos hombres y mujeres puedan obtener luz y calor para la vida del mundo, como os dijo san Juan Pablo II (cfr. Discurso a los participantes al Simposio internacional sobre la ‘Provida Mater Ecclesia’, 1 de febrero 1997). Precisamente porque dispersados como la levadura y la sal, debéis ser testimonios del valor de la fraternidad y de la amistad. El ser humano no es una isla; tenemos que evitar el caer en la indiferencia hacia los demás. Si vuestro objetivo es el de transfigurar el mundo, restableciendo el orden de la creación, es preciso gritar con la vida al hombre de hoy que es posible un nuevo modo de ser, de vivir, de relacionarse con el mundo y con los demás, ser nuevos hombres y mujeres en Cristo. Con la castidad mostrar que existe un modo diverso de amar con corazón libre como el de Cristo, en la oblación de sí; con la pobreza reaccionar al consumismo que devora especialmente el occidente y denunciar con nuestra vida y también la palabra donde sea necesario, tantas injusticias contra los pobres de la tierra; con la obediencia ser testimonios de libertad interior contra el individualismo, el orgullo y la soberbia. Ser la “avanzadilla” de la Iglesia en la nueva evangelización. Pero ninguna nueva evangelización es posible si no parte de la novedad de la vida, que hace suyos los sentimientos de Cristo y su oblación hasta la muerte. Entonces el desafío más grande, incluso para los Institutos Seculares, es el de ser escuelas de santidad. Un peculiar estilo de santidad debería emerger de cada Instituto, santidad encarnada en las actividades de cada día, en los pequeños y grandes eventos donde florece la creatividad de la fe, de la esperanza y de la caridad. La Virgen María es el modelo perfecto de esta espiritualidad encarnada. Constantemente unida al Hijo en la vida cotidiana y en las preocupaciones familiares, llevaba una existencia normal en todo, similar a la de tantos otros, y de este modo colaboraba en la obra de Dios. Permaneciendo unidos a Ella, seguramente se tendrá la garantía de caminar por la vía de la santidad secular.

Otro elemento indispensable para dar una contribución activa a la nueva evangelización es vivir el amor fraterno. Me he referido antes a la importancia de la comunión: todos los miembros de los Institutos Seculares están llamados a vivirla en las situaciones ordinarias del mundo, solos, en familia, en grupos de vida fraterna, según las propias constituciones, participando activamente en la vida del Instituto. En la Última Cena Jesús oró al Padre por todos sus discípulos, pidiendo para ellos la gracia de la unidad. Solamente una comunidad que, no obstante los límites humanos, manifiesta el amor entre sus miembros es creíble y hace visible el amor de Dios, la gratuidad, la fidelidad y la ternura de su amor. El Hijo de Dios, con su encarnación, ha llevado a los hombres el don de la fraternidad. En Cristo somos todos hermanos y todos hijos de Dios. El amor de cada uno de nosotros hacia los demás, desde los más cercanos hasta los más lejanos, es precisamente el único modo que Jesús nos ha indicado para encontrar el camino de la salvación.

¿Qué humanidad tenéis delante? Personas que han perdido la fe o que viven como si Dios no existiera, jóvenes sin valores ni ideales, familias rotas, parados, ancianos solos, emigrantes… «Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11,28). Diciendo esto Jesús os indica el camino. Cuantos rostros encontráis por la calle, yendo al trabajo, o a ¡hacer la compra! ¡Cuántas ocasiones tenéis para dar ayuda, animar, dar esperanza, llevar consuelo! Es esta vida en el mundo (“in saeculo viventes”, dice el canon 710) lo que constituye la “secularidad”, la nota común a todos los Institutos Seculares, pero que se vive de modo diferente según los diversos Institutos, sobre todo los de sacerdotes respecto a los de laicos. El sacerdote secular y el laico están ambos en el mundo, pero su relación con el mundo es diversa. Los sacerdotes seculares se empeñan en cultivar una ardiente solicitud por las personas afligidas por varias pobrezas, acompañando todos aquellos que viven la propia fe en el corazón de los compromisos humanos; y sobre todo a través de la Eucaristía el sacerdote secular participa de modo peculiar en la oferta de Cristo al Padre, oferta que obtiene la gracia que regenera a la humanidad.

Es ésta la vía: llamados por el Señor a seguirlo en el mundo, llevad amor por el mundo, amando ante todo a Él con todo el corazón y amando cada hermano con corazón paterno y materno. No os dejéis llevar por la costumbre convirtiéndoos en “insípidos”. «¿Si la sal se vuelve sosa, con que se la salará?» (Lc 14, 34).

Estimada Señora, son éstas las reflexiones y exhortaciones que el Santo Padre me encarga haceros llegar. Él las acompaña con una oración especial por vosotros y por todos los miembros de los Institutos Seculares, y mientras os pide por favor que recéis por Él os imparte de corazón la Bendición Apostólica.

Al enviarle mi felicitación personal por vuestra Asamblea, aprovecho la ocasión para confirmarme con distinguido obsequio

Pietro Card. PAROLIN
 Secretario de Estado

Intervenciones

Testimonianza di Maria VERONELLI
Istituto Secolare Missionarie del Lavoro
Diocesi di Milano

FORMAZIONE PER I MEMBRI IN AFRICA

Buongiorno a tutti. Prima di iniziare desidero ringraziare Giorgio Mazzola e il Consiglio per avermi invitato a dare questa testimonianza che sarà, semplicemente, raccontare quanto abbiamo cercato di costruire insieme.

A questi incontri hanno partecipato 12 Istituti Secolari i cui membri sono presenti in 5 Diocesi della Regione Lombardia. I Rappresentanti degli Istituti che aderiscono alle CIIS diocesane formano il Consiglio regionale.

Nel 2012 all’interno del Consiglio Regionale della CIIS Lombardia, venne presentata, da parte di un membro, la proposta di fare delle riflessioni sulle problematiche relative ai membri degli Istituti che già operavano in alcuni Paesi africani ma, in particolare, per le persone che si stavano avvicinando a questi Istituti e per le quali occorreva pensare ad una formazione idonea.

Ci siamo incontrate (mi scuso ma, il nostro lavoro è declinato al femminile data la prevalenza degli Istituti presenti), confrontate e abbiamo cercato di capire quali erano i problemi, da una parte e, dall’altra, i bisogni che realtà così diverse dalla nostra presentavano.

Abbiamo cercato di individuare i problemi e le necessità partendo dalla storia di

ciascun Istituto, cioè da come ciascun Istituto ha cercato, nel tempo, di essere presenza. Sì, perché è solo raccontandoci che riusciamo a mostrare chi siamo, il nostro volto di donne e uomini consacrati a Dio nel mondo impegnati a “illuminare e ordinare tutte le realtà temporali”[1].

Quello del racconto è stato un momento di condivisione e di apertura un desiderare di conoscersi affinché la storia di ciascuno potesse essere per tutti l’immagine visibile di quel “laboratorio sperimentale” di cui parlò il Beato Paolo VI in un discorso del 28 agosto 1976.

Il nostro lavoro è stato quello di trovare insieme, in base anche alle esperienze vissute in quei territori, una modalità che ci permettesse di raggiungere qualche obiettivo.

COME ESSERE PRESENZA. È stata sottolineata da parte dei membri di alcuni Istituti già presenti in quelle realtà, l'importanza del rapporto con la Chiesa locale e la necessità quindi, di far conoscere la vocazione secolare ai Vescovi ed ai sacerdoti.

A questo proposito sono stati presentati alcuni dépliant semplici che un Istituto aveva già elaborato e che potevano essere utili anche ad altri per una prima presentazione della nostra vocazione.

Un tema che è stato evidenziato è quello relativo al compito missionario degli I.S.: compito “missionario” specifico di ogni Istituto è l'impegno ad aiutare-sostenere le persone in una crescita umana.

Si è riflettuto anche sull'opportunità di evitare che i membri abbiano segni di riconoscimento espliciti, mentre sembra importante rivedere il concetto di “riserbo” in rapporto alla situazione e alla cultura.

Si è dibattuto sull'importanza che le persone incaricate della formazione in Africa cerchino di comprendere la cultura, di conoscere storia e realtà, di avvicinare le persone con rispetto e quindi di aiutarle a scoprire il loro modo di essere secolari consacrate.

Un altro tema che sta a cuore è studiare le modalità per avviare l'autonomia ma, è stato detto che, anche se il cammino è molto lungo, è importante fare tutti i passi necessari per il raggiungimento di questo obbiettivo.

CONOSCERE LE CULTURE. Già alcuni aspetti sono emersi nei passaggi precedenti e questo dice l’attenzione al tema sul quale ci siamo soffermate per considerare la differenza delle culture cercando di evidenziare le problematiche derivanti dalle difficoltà che si presentano a noi soprattutto per quanto riguarda la situazione della donna. Sulla base quindi di esperienze già in atto, il nostro ragionare è stato prevalentemente al femminile (come ho già detto) per cercare di comprendere come promuovere l’immagine e il ruolo della donna in quelle società. A questo proposito, ci è sembrato corretto proporre di lavorare all’interno dei nostri Istituti per far crescere la consapevolezza che ogni cultura deve modificarsi a contatto col Vangelo, accogliendo e valorizzando ciò che già si trova in essa di positivo e purificando ciò che è negativo. Questo cammino è essenziale per creare lo spirito comunitario, soprattutto là dove, le differenze di cultura, possono diventare elemento di conflitto. Crescere nella comprensione e nell’accoglienza reciproca diventa un segno anche all'interno della Chiesa e della società.

CONSIGLI EVANGELICI. Un altro elemento molto importante su cui ci siamo soffermate è quello della formazione riguardante i Consigli Evangelici e, in particolare è sembrato a noi importante mettere alla base il senso e il valore della libertà, della verità, della giustizia, del perdono. Su questi valori ci siamo confrontate anzitutto dicendoci come noi li viviamo che cosa impedisce a noi di viverli e come però proporli a persone che vivono altre realtà come per esempio la guerra e la discriminazione.

Ci siamo quindi addentrate nei temi specifici dei Consigli evangelici chiedendoci quali fossero gli ostacoli più forti e quali valori è importante coltivare. Abbiamo individuato tre percorsi che sono stati ritenuti importanti:

- Vocazione secolare e preghiera

- Vocazione secolare: valori comuni alla secolarità e valori specifici del carisma.

- Vocazione secolare e consigli evangelici.

E’ stata messa in evidenza l'importanza di formare la coscienza, non solo nel senso di coscienza morale, ma anche nel senso di “prendere coscienza”, cioè “avere coscienza” delle proprie scelte, delle loro motivazioni così come delle conseguenze.

Ci siamo quindi addentrate nello specifico di ciascuno dei consigli evangelici incontrando non poche difficoltà.

Sul tema castità/celibato sono emerse alcune difficoltà e quindi, la riflessione ci ha portato a ricercare quelli che, nella cultura africana, possono essere definiti ostacoli che impediscono un cammino di crescita:

  1. il bisogno di visibilità: il fatto di essere riconosciute come consacrate determina un maggior rispetto e, a volte, anche dei privilegi.

Far crescere il senso dell'essere laici tra i laici, con uguali diritti e uguali doveri.

  1. la forte pressione della famiglia che vuole la donna sposata o madre.

Educare la persona ad essere consapevole del dono ricevuto e aiutarla a riconoscere il valore che assume dentro la propria vita la dimensione del rapporto totale e unitario con il Signore.

  1. la difficoltà della persona a fare scelte individuali, cioè a sentire la responsabilità delle scelte fatte a fronte di una società in cui il peso sociale, del clan e della famiglia è molto forte in ordine a qualsiasi scelta.

Riflettere sulle modalità di rapporto/comunione con la famiglia e al tempo stesso di autonomia della persona.

  1. il bisogno di maternità/paternità, che può essere colmato con una formazione che faccia crescere il senso e il valore dell’essere “padri e madri che generano vita in forza di quella vita interiore nutrita soprattutto dalla familiarità con la Parola di Dio di ogni giorno”[2].

Educare a dare senso al nostro “essere madri e padri per dare senso alla nostra vita donata a Dio, nel celibato per il Regno, per servire i nostri fratelli, per imparare ad essere prossimo, cioè ‘vivere e far vivere’ “[3] nelle sue diverse espressioni di donazione.

  1. il concetto di sessualità e amore

Far crescere il senso della persona nella sua unità di corpo e anima per cui ogni espressione esterna manifesta una realtà interiore più profonda. Meglio detto, la verginità “E’ un atteggiamento interiore profondo di amore. E’ il dedicarsi in modo pieno al Regno di Dio e all’amore del prossimo”[4].

Sul tema dell'obbedienza si è cercato di evidenziare i valori che sono alla base e come deve essere accolta da coloro che rispondono alla chiamata del Signore.

  • Necessità di coltivare la disponibilità a vivere ciò che “piace” al Signore, cioè a fare nella propria vita le scelte più coerenti al proprio cammino, alla vocazione.
  • Se cresce la volontà di capire ciò che è meglio in rapporto alla scelta di vita, cresce anche la comprensione circa la necessità del dialogo, del confronto, della “mediazione” di una persona. Far crescere la consapevolezza circa la propria identità e la comprensione di ciò che realmente si vuole. Importanza dell’ascolto e dell’accompagnamento.
  • Far crescere il senso della coerenza e dell'importanza della fedeltà alla propria vocazione, al rispetto del lavoro e della professione quali ambiti della missione.
  • Far sentire l'obbedienza come attenzione ai segni dei tempi nella Chiesa e nella società, cioè come ricerca di comprensione dei cambiamenti sociali e responsabilità nel cercare come collaborare nella costruzione della società e nella promozione umana.

Abbiamo cercato anche di considerare il voto di povertà confrontandoci su come noi siamo capaci di viverlo nei nostri contesti e su come, in quei Paesi con realtà così lontane dalla nostra possiamo proporre e dare contributi.

A fronte delle nostre difficoltà sono state invece presentate alcune esperienze che ci hanno aiutate a comprendere meglio quelle realtà.

Per alcuni Istituti è già in atto da tempo la presenza in alcuni Paesi: Madagascar, Congo, Camerun e altri ma, si sta cercando un cammino di base univoco sulla formazione e sulle modalità di una nostra presenza che non sia impositiva bensì di aiuto per una formazione umana e per la crescita delle persone.

Sono convinta che questo possa essere l’inizio di un cammino da fare insieme, già da oggi, per individuare percorsi che aiutino tutti gli Istituti del mondo, dal più piccolo al più grande, a crescere e a costruire ancora una storia che, fedele ai dettati del Magistero della Chiesa, trovi nuova linfa per costruire una storia in grado di dire ancora che la nostra “… è una forma di consacrazione nuova e originale, suggerita dallo Spirito santo[5].

Possiamo sognare una realtà di Vita Consacrata secolare in uscita come chiede Papa Francesco con sempre maggiore insistenza?

Mi piace allora proporre per il dibattito di risentire le parole di Benedetto XVI: “Venite da diversi Paesi, diverse sono le situazioni culturali, politiche ed anche religiose in cui vivete, lavorate, invecchiate. In tutte siate cercatori della Verità, dell'umana rivelazione di Dio nella vita. (…) Annunciate la bellezza di Dio e della sua creazione. Sull'esempio di Cristo, siate obbedienti all'amore, uomini e donne di mitezza e misericordia, capaci di percorrere le strade del mondo facendo solo del bene. Le vostre siano vite che pongono al centro le Beatitudini, contraddicendo la logica umana, per esprimere un'incondizionata fiducia in Dio che vuole l'uomo felice. La Chiesa ha bisogno anche di voi per dare completezza alla sua missione. Siate seme di santità gettato a piene mani nei solchi della storia”[6].


[1] Lumen gentium, 31

[2] Sr. Maria Pia Giudici, tavola rotonda Convegno Vita Consacrata in Lombardia, Triuggio (MB) 11-12 settembre 2015

[3] Piera Grignolo, tavola rotonda Convegno Vita Consacrata in Lombardia, Triuggio (MB) 11-12 settembre 2015

[4] Card. Gianfranco Ravasi in Famiglia Cristiana.

[5] Paolo VI, Roma 20 settembre 1972

[6] Discorso di Benedetto XVI ai partecipanti alla Conferenza Mondiale degli Istituti Secolari, 3 febbraio 2007

Giorgio Mazzola

FORMACIÓN A LA SECULARIDAD

1. Una pregunta inicial

Dedicar tiempo para hablar de la formación a la secularidad presupone que se desee ser formados a la secularidad. Pero ¿es precisamente así? ¿Estamos buscando esta formación? ¿Nos interesa? La respuesta no me parece descontada.

Así como en la vida consagrada no es suficiente vivir una vida cristiana y una genérica intención de consagrarse, sino que es necesario sentir afecto y atracción por Dios, así en la vida consagrada secular no es suficiente una voluntad genérica de vivir una consagración en el mundo, sino que es necesario sentir afecto y atracción por el mundo.

Como nos ha dicho el Papa Francisco (en un discurso que nos debe servir de referencia), esta atracción, al menos en parte, en los Institutos Seculares se ha apagado.

Si esto[el vuestro estar conscientes y atentos en el mundo] no sucede, si os habéis convertido en distraídos, o peor todavía no conocéis este mundo contemporáneo, pero conocéis y frecuentáis sólo el mundo que os es más cómodo o que más os alaga entonces  ¡es urgente una conversión! (A los participantes al encuentro promovido por la Conferencia Italiana de Institutos Seculares, 10 de mayo de 2014). 

Es justo, pues, tomar de nuevo algunas palabras del Papa Pablo VI dirigidas a los Institutos Seculares, hace exactamente 40 años:

Si permanecéis fieles a vuestra vocación propia, los institutos Seculares serán casi “el laboratorio experimental” (Pablo VI, 25 de agosto de 1976).

¿Qué pretendía decirnos Pablo VI cuando afirmó: “Si permanecéis fieles”?

Deseo que esta Asamblea se exprese con valentía respecto a la necesidad de recuperar esta fidelidad, un poco traicionada (prefiero el término ‘fidelidad’ respecto al de identidad, que corre el riesgo de endurecer algunos rasgos).

2. Un necesario punto de partida

Es oportuna una ulterior pregunta: ¿se puede ‘añadir’ la secularidad en el perfil de una persona insertada en nuestro camino o es necesario un presupuesto? Dicho de otra manera: ¿en el carácter secular de nuestra forma vocacional se puede partir de cero o se debe reconocer un necesario punto de partida?

Yo juzgo que, aun pudiendo hablar de formación a la secularidad, ésta última debe ser un punto de partida. Es preciso, por tanto, hacer un discernimiento inicial de cada vocación; este discernimiento debe ser valiente.  Como nos ha dicho el Papa Francisco  durante el Año de la Vida Consagrada, es necesario también saber decir NO, para evitar que nuestros Institutos pierdan su propia naturaleza.

Este discernimiento vocacional no puede detenerse en la constatación de la existencia de una voluntad de vivir como consagrados en el mundo. Es preciso tener interés y pasión por lo que se vive en el mundo. Todavía más, es preciso vivir del mundo, es decir,  sacar de los sucesos y de las actividades el alimento de la propia vida humana y espiritual.

El discernimiento debe llevar a reconocer estos rasgos:

- El amor por la multiplicidad de expresiones que hay en el mundo, en cuanto a elecciones, pareceres, sensibilidad, etc. No se debe buscar o expresar una uniformidad de pensamientos o de comportamientos.

- El amor por el mundo lleva a aceptar también sus defectos, en el sentido genuinamente cristiano de la mirada misericordiosa, llena de comprensión por las diversas causas y vicisitudes que conducen a asumir posiciones o vidas equivocadas.

- Una profunda humanidad, entendida como capacidad  de encontrar un terreno común – lo humano, precisamente – con todos.

- Una sólida fe en la dimensión del Reino, por su naturaleza pequeña, débil, escondida, pero que supera la realidad de la Iglesia porque abraza el designio de Dios, que llega a todo y a todos. Esto comporta , según la enseñanza de los Padres de la Iglesia, una pasión por los semina Verbi, es decir, por las semillas de verdad esparcidas por todas partes en la historia de los hombres. Esto comporta también el sentirse al propio agrado en la confrontación con el mundo llamado no creyente.

Todo cuando dicho más arriba se podría resumir con una única imagen, es decir, la apertura positiva hacia todas las relaciones, teniendo cuidado de que éstas no sean preferentemente las elegidas, sino las impuestas por la vida y que por tanto se han de acoger como se presentan.

3. Formación en la secularidad

Antes de hablar de formación a la secularidad es todavía más importante afirmar que la formación debe efectuarse en la secularidad, es decir, debe ser respetuosa de las condiciones de vida de la persona en formación.

La formación debe, pues, desarrollarse donde la persona vive, evitando cambiarla de lugar, aunque solo sea temporalmente, a contextos diversos;  debe situarse por tanto en la lengua y en la cultura de la persona. Por este motivo, el formador está llamado a realizar un viaje no sólo geográfico sino sobre todo cultural, teniendo consigo un equipaje ligero, es decir, carente de esquemas formativos predefinidos, salvo lo mínimo necesario. Se aprende, para decirlo con las palabras del Apóstol San Pablo, a ser judío con los judíos, pagano con los paganos, débil con los débiles, todo a todos.

Concretamente, esta atención conducirá también a otras elecciones: por ejemplo, los encuentros no se tendrán necesariamente en casas religiosas; el lenguaje sabrá adaptarse para evitar que sea un instrumento de separación antes que de comunicación, etc.

4. Formación a la secularidad

Después de todas estas premisas, que todavía son substanciales, es posible hablar también del contenido de una formación a la secularidad.

El primer paso debe ser el conocimiento profundo de la Sagrada Escritura, con la atención de que se asuma en su totalidad, y no sólo a través de algunas páginas seleccionadas, las que buscamos para llenarnos el corazón de buenos sentimientos. Esta selección de textos nos ofrece una imagen deformada de la Sagrada Escritura y, por tanto, de la Palabra de Dios que contiene.

A este respecto, a mí me agrada recordar con frecuencia el ejemplo de Abrahán. De su historia, conocemos algunas páginas emblemáticas, normalmente partiendo de la llamada del capítulo 12 del Génesis. Sería, sin embargo, importante conocer los sucesos del capítulo 11 donde se habla de Terach y de sus tres hijos, de los cuales uno muere enseguida en presencia del padre, mientras de otro no se sabe casi nada. Abrahán sigue, pues, al padre Terach prófugo a Carran, donde  Terach muere. Abrahán se encuentra, pues, expatriado en tierra extranjera, huérfano, solo y con una mujer estéril. Este es el inicio de la historia de la salvación. Una situación más desesperada y más emarginada no se podría imaginar; pero éste es el modo de obrar de Dios, que se aprende a reconocer en la fragilidad y en la pequeñez.

Del mismo modo, es importante ver cuánta fatiga realizó Abrahán antes de creer en la promesa del Señor de una descendencia numerosa  (promesa que no vio realizarse en su vida): primero en Egipto, entrega la mujer Sara al Faraón, después parece individuar en el sobrino Lot una posible descendencia suya, finalmente trata de tener un hijo con la esclava. La grandeza de Abrahán está en haber continuado caminando en la fe, aunque a través de dificultades y dudas: Dios ha encontrado hombres concretos, cuyas historias no se han de idealizar.

Es preciso inventar, pues, familiares de la Sagrada Escritura para poder ser familiares del modo de actuar de Dios en el mundo, en particular en nuestra historia profana, que después de la venida de Jesús  se convierte en historia sagrada.

Mirando el Génesis y todos los sucesos de la Biblia se podrá conocer el valor de la creación y de la intención que le da vida. En particular, se comprende la autonomía de las realidades creadas: Dios crea todas las cosas y les da vida propia, las deja vivir con una consistencia propia. Esto es esencial para la comprensión de nuestra vocación, así como es necesario aprender que el primer modo para reconocerse hermanos de todo hombre de esta tierra es encontrarse a compartir el mismo mandamiento originario de cultivar y custodiar el jardín: cada hombre, aunque inconscientemente, está respondiendo a este mandamiento de Dios.

A este respecto, nos ayudan las palabras del teólogo Theobald dirigidas a los Institutos Seculares, cuando nos recuerda que nuestra vocación, más que estar al servicio de la vocación cristiana, debe estar al servicio de la vocación humana. Nos ayuda también muchísimo la enseñanza de los Padres de la Iglesia, es decir, de aquellos que han sido los primeros en reflexionar sobre el significado de las vicisitudes humanas después de la venida de Jesús.

La formación a la secularidad deberá examinar también los temas del diálogo, del sentido y del método de la mediación cultural, poniendo en relación cultura cristiana y culturas; deberá enseñar a distinguir, sin separar y sin sobreponer, el plano humano y el divino, para poder trabajar auténticamente – y no fingidamente – en un proyecto común con todos, sin nunca renunciar a la propia fe. Deberá enseñar también a desarrollar una autonomía de juicio, esencial para nuestra vocación que no nos prive de nuestras responsabilidades personales en el actuar en el mundo.

5. Formación desde la secularidad

Después de haber hablado de formación en la secularidad y a la secularidad, es necesario – y es quizás el paso más  importante – que uno se forme desde la secularidad, es decir, desde la vida. Esto significa, concretamente, que mi modo de pensar, de hablar y de actuar cambia según el motivo de mi estar y obrar en el mundo. Los mismos votos, en sus modalidades concretas, están condicionados por la secularidad. Se aprende a vivir los consejos evangélicos partiendo de lo que nos sucede. Por poner un ejemplo, una injusticia sufrida en un ambiente de trabajo podría enseñarnos cómo vivir pobreza y obediencia mucho más que tantas reglas.

En sentido más amplio, todo lo que sucede nos instruye sobre el modo de traducir el Evangelio en la vida concreta. De esta manera, aunque a través de tantas dificultades, se nos da descubrir, con estupor y admiración, que cuando el actuar humano se realiza en vista del desarrollo humano se realiza también en sintonía con nuestro sentir cristiano.

“Toda verdad, la diga quien sea, viene del Espíritu Santo”: estas palabras de Santo Tomás deben actuar como una guía normativa de nuestra vocación: es decir, debemos desarrollar una particular sensibilidad hacia el actuar del Espíritu, para estar preparados a reconocerlo en todas partes, especialmente allí donde no lo esperamos. Esto nos consiente tener una gran confianza en la misma vida, así como se presenta, porque la vida ya contiene en sí una llamada que llama a entregarnos a ella, a la misma vida. La obra incesante del Espíritu nos asegura que entregarnos a la vida significa entregarnos a Dios.

By Father James Dunstan IVDei

ENGLISH


Presentation to the World Conference of the Secular Institutes (CMIS)

Formation To Candidates To Priesthood In Voluntas Dei Institute

 

1. According to the Decree of Priestly Formation “Optatam Totius”, the VOLUNTAS DEI INSTITUTE also has a major seminary which includes philosophical and theological studies, as well as spiritual accompaniment with a specific spiritual director. We, the Secular Institute Voluntas Dei, give our formation in the midst of the world with all the challenges and characteristics it comprises.

2. As of Hebrew 5, 1:

Every high priest is selected from among the people and is appointed to represent the people in matters related to God, to offer gifts and sacrifices for sins.

The men are chosen from the men of the world in order to act on behalf of those men. It cannot be the formation apart from the humanity that exists and the radical challenges that humanity faces every day.
According to Fr. Parent, our Founder, the Word of God, the Constitutions and the signs of the time are the basic elements to learn and to acquire during the formation. Keeping this in mind, the formation of seminarians and priests is done firstly with those elements in our Institute.

3. The specificity of our Institute, as you all know, is that we have a variety of persons composing it: we have priests, we have celibate laymen, we have married couples, and last but not least, we have spiritually affiliated persons.
Our formation is given by the expertise from our own Institute, not only by priests but also by consecrated lay persons. Even in certain parts of the world, the spiritual accompanying person of a seminarian is a committed married person. The Institute believes that the vocation to priesthood starts from a family and if he is formed by a family surrounding, he receives a whole and healthy, human and spiritual growth which will help him to serve better in the midst of the world.

4. Therefore, we underline our formation as follows:

- First, we analyse:
A. “Is he called to the presbyteral ministry?”
B. Is he called to secular consecration?
C. Is he called to serve the Voluntas Dei Institute?

- If we found everything satisfactory, then we proceed further with :

a) human formation:

i) Self knowledge
ii) Openness to others
iii) Maturity
iv) Growth towards God

b) Spiritual Formation:

i) Understanding the grace of baptism: configuration with God to become priest, king and prophet (1P2, 5).
ii) Living accordingly to the 555 spirituality
iii) Conforming himself to the will of God

c) Intellectual, pastoral and missionary formation:

i) The candidate should acquire the necessary knowledge to become priest (i.e. philosophy, theology, as well as other fields necessary for his pastoral and missionary work).

ii) As an Institute, we give the formation to the pastoral attitudes:

a. Capacity in welcoming and listening.
b. Capacity of dialogue
c. Capacity to gather everyone together
d. Capacity to animate and awaken the charisma of groups and individuals.

iii) Formation to acquire a missionary spirit:

a. Understanding the Mission of the Church
b. Understanding the VDEI Mission (everywhere where Christ has its rights)

iv) Discernment of signs of time in a way that is understood through permanent formation. The candidate or priest is always in constant “self-updating” accordingly to theses signs. (For instance, in a world filled with technology).

d) Formation to be the agents:

i) They are the agents or instruments of the Holy Spirit, letting the H. Spirit express himself through them.

ii) They are the agents of the Institute in the sense that they express the spirit of the Institute. First, they are V. Dei, then, they are priests serving the Church with the colour of the V. Dei Institute.

iii) They are agents of the Christian Community.

e) Formation to secular consecration:

We also see that everyone is challenged by the secular consecration, before they become priests:

i) They are going to be in the heart of the world without belonging to the world (Perfectae Caritatis no 10).
ii) Mingling the cultures and unifying people.
iii) Creating peace and fraternity in Jesus-Christ.


NOTA BENE

1) When a diocesan priest enters the Institute, we see to it that the above formation is being given to the priest during the time of the incorporation into the Institute, before we give the final incorporation (Stability).

2) When a religious priest or priest from another Secular Institute wants to transfer himself into our Institute, we follow the same steps during the transfer, before the final incorporation (Stability).


FRANÇAIS

Présentation à la Conférence Mondiale des Instituts Séculiers (CMIS)

La Formation au presbytérat dans l’Institut Voluntas Dei

 

1. En accord avec le Décret sur la formation presbytérale « Optatam Totius », L’INSTITUT VOLUNTAS DEI possède un grand Séminaire qui inclut les études philosophiques et théologiques, et voit à l’assignation à un directeur spirituel spécifique. Nous, en tant qu’Institut séculier, donnons la formation au cœur du monde avec tous les défis et les caractéristiques que cela comprend.

2. D’après la lettre aux Hébreux 5, 1:

Le grand prêtre est toujours pris parmi les hommes, et chargé d’intervenir en faveur des hommes dans leurs relations avec Dieu; il doit offrir des dons et des sacrifices pour les péchés.

Les hommes sont donc choisis parmi les hommes du monde pour qu’ils puissent intervenir au nom de ces mêmes hommes. La formation ne peut donc pas être opérée à part de l’humanité, ni à part les défis auxquels cette même humanité fait face quotidiennement.

D’après le P. Parent, notre fondateur, la Parole de Dieu, les Constitutions et les signes des temps sont les éléments de base qu’il nous faut apprendre à acquérir durant la formation. Avec ceci en tête, nous comprenons pourquoi la formation des séminaristes et des prêtres se fait d’abord à partir de ces trois éléments.

3. La spécificité de notre Institut, comme vous le savez, c’est qu’il est composé de plusieurs types d’engagement : nous avons des prêtres, des hommes célibataires consacrés, des couples mariés engagés et, des personnes affiliées spirituellement.

Notre formation peut compter sur l’expertise de notre propre Institut, non seulement de la part des prêtres, mais aussi de la part des laïcs consacrés. Aussi, dans certaines parties du monde, nous avons des accompagnateurs spirituels désignés pour les séminaristes qui sont des personnes mariées engagées. L’Institut croit que la vocation au sacerdoce commence au sein de la famille et si le candidat est formé entouré par la famille, il reçoit une croissance humano-spirituelle, saine et complète qui l’aidera à accomplir un meilleur service au cœur du monde.

4. Alors, nous soulignons notre formation comme suit :

- Premièrement, nous analysons :
A. «Est-ce que ce candidat est appelé au sacerdoce ministériel?»
B. «Est-il appelé à la consécration séculière?»
C. «Est-il appelé à servir dans l’Institut Voluntas Dei?»

- Si nous avons trouvé toutes ces choses à notre satisfaction, alors, nous procédons avec:

a) La formation humaine:

i) Connaissance de soi
ii) Ouverture aux autres
iii) Maturité
iv) Croissance dans la relation à Dieu

b) La formation spirituelle:

i) Compréhension de la grâce baptismale : configuration avec Dieu pour devenir prêtre, prophète et roi (1 Pi 2, 5).
ii) Vivre selon la spiritualité des 555.
iii) Se conformer à la Volonté de Dieu.

c) Formation intellectuelle, pastorale et missionnaire:

i) Le candidat devra acquérir les connaissances nécessaires pour devenir prêtre (i.e. philosophie, théologie, et tout autre domaine d’études pertinentes ou nécessaires au travail pastoral et missionnaire.)
ii) Dans l’Institut, nous voyons à la formation aux attitudes pastorales :

a. Capacité d’accueil et d’écoute.
b. Capacité de dialogue.
c. Capacité de rassemblement.
d. Capacité d’animation et de confirmation des personnes et des groupes dans leurs charismes propres.

iii) Formation à l’esprit missionnaire:

a. Comprendre ce qu’est la Mission de l’Église
b. Comprendre la Mission de l’Institut Voluntas Dei (aller là où le Christ a ses droits)

iv) Discernement des signes des temps au travers la formation continue. Le candidat ou le prêtre est toujours en train d’effectuer sa « mise à jour » personnelle selon les signes des temps (par exemple, en lien avec la technologie).

d) Formation pour devenir des agents :

i) Ils (candidats au sacerdoce) sont les agents ou instrument de l’Esprit Saint ; ils ont à apprendre à laisser l’Esprit Saint s’exprimer par eux.
ii) Ils sont les agents de l’Institut dans le sens qu’ils expriment l’esprit de l’Institut. Ils sont d’abord Voluntas Dei, puis, en tant que tels, ils sont prêtres servant l’Église avec la couleur Voluntas Dei.
iii) Ils sont les agents de la Communauté Chrétienne.

e) Formation à la consécration séculière :

Nous voyons à ce que chacun soit mis au fait de la consécration séculière avant qu’ils soient ordonnés prêtres :

i) Ils seront insérés au cœur du monde, mais sans appartenir à ce monde (Perfectae Caritatis no. 10).
ii) Rassembler et unifier les diverses cultures et personnes.
iii) Bâtir la paix et la fraternité en Jésus-Christ.


NOTA BENE

1) Lorsqu’un prêtre «diocésain» entre dans notre Institut, nous voyons à ce qu’il reçoive la formation ci-haut mentionnée durant sa période d’incorporation dans l’Institut, avant que lui soit accordée la stabilité, c’est-à-dire, le stade final d’incorporation.

2) Lorsqu’un prêtre «religieux» ou d’un autre institut séculier manifeste le désir d’être transféré chez nous, nous suivons la même procédure durant la période de transfert, avant que lui soit accordée la stabilité, c’est-à-dire, le stage final d’incorporation.

Nadège Védie

RAPPORT DU CONSEIL EXECUTIF

 

Pendant ces quatre années le conseil exécutif de la CMIS a effectué, en même temps, une réorganisation interne, et les missions qui lui ont été confiées; Le conseil exécutif est composés de neuf membres: Ruth Ankerl (Autriche), Père Robert Daviaud (France), Fatima Henriquez (Espagne), Francisca Adalia Tavares de Oliveira (Brésil), Olga Krizova (Slovaquie), Giorgio Mazzola (Italie), Carmela Tascone (Italie), Adelaïde Vaz (Inde), Nadège Védie (France). Olga Krizova, Giorgio Mazzola et Nadège Védie composent le conseil de présidence.

Deux membres sont absents aujourd’hui; des obligations familiales (Carmela Tascone – Italie) et des engagements locaux (Francisca Adalia Tavares de Oliveira - Brésil) les empêchent d’être présentes.

Le conseil exécutif se réunit une fois par an, pendant trois jours, soit au total 4 réunions ; entre ces réunions, les membres ont assuré des travaux ponctuels tels que : dépouillement des réponses à l’enquête sur la formation.

Tous les travaux du conseil exécutif ont eu lieu en cinq langues : italien, français, anglais, espagnol, et allemand ; Les documents échangés entre nous sont rédigés en anglais, français, italien et espagnol.

Lors de sa première réunion, à Assise, à la fin de l’AG de 2012, le conseil exécutif a élu la présidence composée de : Nadège Védie (Notre Dame du travail – France) en tant que présidente, Olga Krizova (Volontaires de Don Bosco- Slovaquie) et Giorgio Mazzola (Cristo Re – Italie). La présidence s’est réunie physiquement cinq fois par an et sept fois en 2015 ; plusieurs réunions intermédiaires ont eu lieu par Skype. Les réunions de la Présidence ont eu lieu à Rome (sauf une fois); la présidence a été hébergé dans les locaux des Volontaires de Don Bosco qui nous ont accueillis avec chaleur, simplicité, gratuité et grande amitié.

Les travaux du conseil exécutif sont soumis à une lourde contrainte: les langues; les traductions génèrent des coûts et surtout des délais importants. Nous avons aussi recherché des lieux aux coûts moins élevés pour les réunions, ce qui ne fut pas facile lorsqu’il faut cinq cabines de traduction pour les interprètes; toutes les maisons n’en ont pas cinq.

I – Organisation et fonctionnement de la CMIS

Le comité exécutif a procédé à l’organisation des structures de la CMIS et l’a doté de moyens pour que le CMIS puisse remplir sa mission:

  • Les statuts et la reconnaissance juridique

Les Statuts, approuvés par l’Assemblée Générale de la CMIS en juillet 2012, ont été transmis à la Congrégation des Instituts de Vie Consacrée qui les a approuvés le 4 décembre 2012.

Dès lors, la reconnaissance juridique de la CMIS a été sollicitée auprès du Vatican; elle a été reconnue à la CMIS en 2013 ; nous vous en avons informés par lettre du 22 aout 2013. Maintenant la CMIS a une existence juridique, est doté de la personnalité juridique; elle peut donc s’engager à l’égard des tiers, peut contracter, peut détenir à son nom les comptes bancaires.

  •  Les locaux du secrétariat

Ils sont situés sur le territoire du Vatican, dans l’immeuble de la Piazza San Calisto. Ils se composaient de 6 pièces; leur taille était trop grande pour l’usage de la CMIS; le Conseil Exécutif a décidé de réduire le nombre de pièces à trois. Après une négociation, l’Administrateur en charge de cet immeuble a accepté notre demande; un nouveau contrat a été signé; les locaux de la CMIS se composent donc maintenant de trois pièces, ce qui a réduit nos dépenses.

  •  La secrétaire de la CMIS avait démissionné en août 2011; Claire Nantel, qui était alors membre du conseil exécutif avait accepté d’être secrétaire «ad intérim» en 2012 et 2013; puis elle a demandé à être remplacée.

Olga Krizova, membre de la présidence de la CMIS, a accepté de devenir secrétaire «ad intérim» dans l‘attente de l’arrivée d’un successeur. Notre recherche s’est poursuivie; nous avons été mis en contact avec Pierre Langeron, professeur de droit à l’Université d’Aix en Provence et membre de l’Institut Séculier Notre Dame de Vie Fils; il a eu des contacts avec plusieurs Instituts Séculiers en France, Espagne, Allemagne, Canada entre autres du fait des langues qu’il pratique; il est intervenu pendant le Congrès d’Assise (juillet 2012); il a une connaissance de la variété des Instituts Séculiers dans le monde, et a le souci de servir notre vocation dans sa diversité.

Le conseil exécutif l’a rencontré pour favoriser une meilleure connaissance réciproque; puis il l’a élu en tant que Secrétaire de la CMIS (cf articles 15 et 19 des statuts) lors de sa réunion des 6-8 mars 2015. Nous vous en avons informés le 15 avril 2015.

Grâce aux nouveaux moyens de travail informatique et de communication (skype), Pierre a pu mener en même temps son activité professionnelle et être Secrétaire de la CMIS, dans l’attente d’être entièrement déchargé de ses fonctions de professeur, car il va démarrer sa retraite très prochainement.

  • L’organisation du secrétariat

Le travail du secrétariat a été réalisé par des personnes membres d’institut séculier pendant plusieurs années; mais récemment, leur Institut leur ayant confié de nouvelles missions, et il ne leur a pas été possible de poursuivre avec la CMIS.

Le conseil exécutif a examiné les tâches du secrétariat qui sont exercées sous la responsabilité du Secrétaire; voici les principaux critères retenus : le sens de l’Eglise et de notre vocation, la connaissance des institutions d’Eglise, le besoin de maitriser les techniques nouvelles d’un secrétariat, augmenter le professionnalisme dans nos modes de travail, notamment dans la perspective de l’Année de la Vie Consacrée et des temps forts de la CMIS prévus pour 2016. Nous avons rencontré celle qui a su gérer toutes les situations depuis son arrivée; elle a aussi réorganisé le secrétariat avec ses compétences. Elle est mariée, est architecte d’intérieur et appris, dans ce cadre, à piloter des chantiers; elle a géré la préparation d’évènements dans d’autres structures professionnelles ; elle a permis entre autres que la semaine de clôture de l’année de la Vie Consacrée (fin janvier 2016), pour les membres d’Instituts Séculiers, se déroulent dans les meilleures conditions. Elle est salariée à temps partiel de la CMIS.

Le trésorier de la CMIS, Mario Ugge, qui veille également aux aspects financiers et juridiques de la CMIS, a beaucoup aidé à améliorer notre gestion, à maitriser nos dépenses. C’est une aide précieuse et professionnelle au service de la mission de la CMIS.

Pendant ces années, un énorme travail de remise en ordre du bureau a été réalisé:  les archives de la CMIS ont été classées; des équipements obsolètes et hors d’usage ont été supprimés; les livres ont été classés.

Pour tout cela, nous remercions très fortement tous ceux qui y ont participé: Claire Nantel, Adela Pessano, Pina, Maria Leone,  Chiara R.  et Mario Ugge.

  • Le site Web de la CMIS

Le site de la CMIS a été construit dans le but de fournir aux Instituts Séculiers des outils de formation et de meilleure connaissance de notre vocation. Toute personne peut y avoir accès.

Le site est accessible en sept langues; tous les textes fondamentaux de l’Eglise sur notre vocation y sont en texte intégral et en sept langues ainsi que des documents de la CMIS (comptes rendus des assemblées générales, du congrès d’Assise 2012), les articles publiés dans Dialogo (qui a cessé d’être publié).

Tout ce travail a été rendu possible par le travail du père Mario Ortega (membre d’un Institut Séculier sacerdotal espagnol) et de Ana Cristina Ocaña (membre d’un Institut Séculier féminin espagnol). Ils ont su mettre en œuvre leurs compétences techniques professionnelles pour la CMIS.

Une présentation plus concrète de notre site sera faite pendant cette assemblée (mercredi 24 Août) pour vous aider à faire du site Web de la CMIS votre outil habituel, votre bibliothèque.

  • Le conseil exécutif a voulu faciliter la communication entre chaque Institut et la CMIS ;

Pour cela, le conseil a communiqué la liste des membres du conseil disponible selon la langue utilisée (cf. lettre du 22/8/2013).

Le conseil a également défini les langues utilisées : pour le site Web, pour l’AG de la CMIS, pour les écrits et pour le fonctionnement interne du Conseil.

En conclusion, ces quatre années ont été chargées, le travail fait est peu visible; il a contribué à donner à la CMIS les moyens professionnels juridiques, financiers et techniques pour remplir sa mission au service des Instituts; la CMIS bénéficie des compétences professionnelles complémentaires d’une équipe (Pierre Langeron, Mario Ugge et Chiara R); elle est ainsi en capacité de travailler avec tous les Instituts Séculiers;

Nous avons déjà bénéficié des effets positifs de leur présence et leur travail dans nos relations avec les Instituts, avec la Congrégation.

Vous êtes donc invités à contacter le secrétariat, à utiliser tous les documents qui sont sur le site Web; vous êtes sollicités pour envoyer vos propositions, vos apports, vos questions, vos demandes etc. au Secrétariat. La CMIS est notre bien à tous au service de notre vocation ; nous avons besoin de vous pour développer tout cela.

II – Les Recommandations votées à Assise 

A la suite de l’AG d’Assise, le conseil exécutif a décidé d’éditer les ACTES d’ASSISES en sept langues ; le contenu peut servir d’outil de formation dans les Instituts; les textes sont aussi sur le site Web de la CMIS.

Cinq Recommandations ont été votées par l’Assemblée Générale d’Assise (juillet 2012).

  • Préparer, avec la contribution de tous les instituts séculiers, les lignes conductrices d’une formation pour les instituts, en faisant aussi référence à l’étude menée par la Congrégation il y a environ 30 ans, et à favoriser des initiatives de formation pour les Instituts spécialement là où se présentent de plus grands besoins.

Le conseil exécutif a préparé le questionnaire de l’enquête qui correspond à cette recommandation; il a été envoyé à tous les instituts le 22 août 2013.

Plus de la moitié des instituts séculiers ont répondu; les réponses ont été dépouillées par le Conseil Exécutif; une synthèse générale de toutes les réponses, complétée par une synthèse des réponses d’une même langue, ont été envoyées à tous les Instituts en Octobre 2014; elles ont souligné ces principaux points:

  1. a) Considérations plus générales:

-La spécificité propre à notre vocation aujourd’hui n'est pas aussi claire qu’elle l’était pour nos prédécesseurs il y a 60 ans; on vit avec difficulté la synthèse de la consécration et la sécularité. Il faudrait orienter notre réflexion sur la création et sur l'incarnation pour éclairer la sécularit consacrée.

-Comment renforcer la vitalité et soutenir la valeur du sens de l'insertion dans le monde en présence de réalités nouvelles: de grandes fragilités,  des difficultés diverses, l’émergence de nouvelle formùes de vie consacrée; comment nous aider à les lire comme de nouvelles opportunités, des questions qui font partie de notre forme de vie consacrée. Cela met en évidence la nécessité de retrouver l'originalité de notre vocation en IS et de montrer de nouveau comment notre vie concrète consacrée est appelée à être sanctifiée tout en participant à la sanctification du monde. Les Instituts sont aussi appelés à signifier que la vie séculière est le premier lieu de formation.

  1. b) Considérations plus spéciales:

-Comment lire la question de la fraternité qui émerge avec des formes nouvelles, (une tendance actuelle d'associations qui soulignent beaucoup la fraternité de familles, de prêtres, de consacrés, etc); comment lier  la fraternité en institut à la fraternité humaine dans la vie quotidienne?

-Comment soutenir l'équilibre affectif des personnes,  recherché pour notre forme de vie qui, de ce point de vue, peut sembler être à contre-courant.

-Comment aider les plus âgés des Instituts Séculiers de manière concrète pour qu’ils vivent leur consécration à tous les âges de leur vie?; comment soutenir les Instituts qui n'ont plus membre en formation, et ceux qui  “entrevoient” la fin de leur Institut. Comment aider les Instituts qui n'ont plus l'apport actif de leurs 'fondateurs' et qui, en même temps, veulent garder ce qui, dans leur intuition d’origine, reste comme valeur universelle.

-Réfléchir sur le temps de préparation aux voeux définitifs.

-Comment faire mieux connaître la spécificité des Instituts séculiers?

  1. c) Formation dans les Instituts

-Les réponses indiquent la nécessité d'approfondir le rôle du formateur et ses priorités, (capacité d'écoute, capacité de traduire dans le concret le charisme de l'institut, etc),

-Le matériel de formation utilisé par les Instituts: comment le valoriser pour tous. Valoriser les moyens de formation des années passées, ce que beaucoup d'Instituts ne connaissent pas, car ce sont aussi des outils très  précieux pour établir les lignes fondamentales de notre vocation en institut séculier,

-Nouveaux langages de la foi; revisiter et mettre à jour le langage véhiculé par nos moyens et notre parcours de formation.

-La formation initiale, la formation permanente, et celle des formateurs: Comment soutenir une formation séculière et à la sécularité?

-L’importance des Conférences Nationales émerge: elles agissent souvent en suppléance ou en complément soit pour la formation initiale, soit pour les personnes engagées par des voeux définitifs, soit  pour les formateurs eux mêmes.

-La même question vaut pour le CMIS: l'absence de la Revue Dialogue est soulignée comme un manque; les Instituts en ont besoin.

Ces lignes fortes montre que la formation est un point essentiel pour éclairer notre vocation au 21ème siècle:

  • L’identité propre de la vie séculière consacrée dans notre monde actuel: au service du développement de l’Humain pour toute personne selon l’Esprit qui oriente la mission de l’Eglise.
  • L’identité commune de notre vocation avec ses diversités qui tiennent compte des réalités vécues sur les cinq continents, avec des cultures diverses : cela marque autant l’Appel reçu par chacun que les manières de suivre le Christ pauvre, chaste et obléïssant.
  • Les aspects nouveaux de la sécularité et de l’engagement à la suite du Christ dans nos sociétés marquées par l’internationalisation, les évolutions complexes et très rapides...
  • Organiser des rencontres stables avec la Congrégation des Instituts de Vie Consacrée, et constituer un groupe à cet effet.

Ce projet est en cours tout en ayant été ralenti par deux évènements: le départ du pape Benoit XVI a «mis en arrêt» le fonctionnement des congrégations et dicastères pendant quelques mois, puis le déroulement de l’Année de la Vie Consacrée qui a reposé sur un travail très intense autant à La Congrégation qu’à la CMIS.

Bien que l’Année de la Vie Consacrée ait ralenti la mise en œuvre de ces réunions entre la CMIS et la Congrégation, cette dernière a confié à la CMIS des travaux (cf. le paragraphe sur l’Année de la Vie Consacrée) et a considéré le conseil exécutif comme étant ce « groupe stable»; deux rencontres ont eu lieu avec le conseil exécutif; puis une réunion de réflexion commune a eu lieu avec des membres du conseil exécutif pour partager notre travail en cours sur l’identité de notre vocation; la Congrégation a pu nous interroger sur les nouveautés et l’aujourd’hui de notre vocation, plus particulièrement de la «sécularité».

Une présentation de ce travail vous sera faite pendant notre assemblée.

  • Cotisation de la CMIS

L’Assemblée a voté qu’aucun Institut ne quitte la CMIS à cause de difficultés financières et, comme cela s’est produit dans le passé, dans un esprit de communion qui le distingue, la CMIS compensera ce manque de moyens en assumant la somme manquante.

Cette recommandation a été mise en œuvre pendant ces quatre ans : grâce à une discussion entre la CMIS et l’Institut concerné, la somme minimum que l’Institut peut verser pour sa cotisation a été fixée avec la CMIS sur proposition de l’Institut.

  • Les participants au Congrès de la CMIS sont les membres des Instituts Séculiers

Tout en soulignant que les participants aux congrès de la CMIS sont les membres des Instituts Séculiers, l’Assemblée a confié au conseil ce sujet : évaluer la possibilité de favoriser des rencontres qui s’adressent spécifiquement aux Instituts qui ont des membres mariés associés et qui favorisent un échange d’expériences. Nous n’avons pas pu aborder ce point.

  • Le prochain Congrès et l’AG 2016 de la CMIS :

L’Assemblée avait souhaité que la prochaine assemblée générale se déroule au mois de juillet 2016 à Québec, et qu’elle soit précédée d’un Congrès sur le thème de l’évangélisation (évangéliser et «être évangélisés» dans les divers contextes de vie, comme membres d’IS).

Un évènement est venu troubler nos plans : la décision du Pape François d’instaurer l’Année de la Vie Consacrée de décembre 2014 au 2 février 2016 ; nous avons pris toute la mesure des effets de cette décision sur l’organisation de notre agenda 2016.

Le 10 janvier 2015, une lettre a été adressée à tous les Instituts Séculiers pour vous informer de notre proposition; les réponses parvenues au secrétariat ont été examinées par le conseil exécutif qui a décidé, lors de sa réunion des 6 – 8 mars 2015:

-de ne pas organiser de congrès avant l’assemblée 2016;

-de participer pleinement à la semaine de clôture de l’Année de la Vie Consacrée organisée par la Congrégation des Instituts de Vie Consacrée ; tous les instituts séculiers, membres ou pas de la CMIS, y étaient invités.

-de tenir à Rome l’assemblée générale de la CMIS en choisissant une date où le Pape François serait présent. C’est ce qui explique le choix des dates (21 au 25 août 2016) qui correspondent à la période où autant le pape François que le Préfet de la Congrégation, Mgr Braz de Aviz, seraient présents à Rome. Nous leur avons communiqué ces dates pour pouvoir les rencontrer.  Vous avez été informés de cette décision par lettre du 15 avril 2015.

Mgr Braz de Aviz sera parmi nous ce lundi en fin d’après-midi; notre assemblée a été invitée à participer à l’audience générale du pape François le 24 août 2016.

III – L’année de la Vie Consacrée

Trois tâches ont été confiées à la CMIS par la Congrégation des Instituts de Vie Consacrée :

  • Aider à préparer les deux journées dédiées aux Instituts Séculiers pendant la semaine de clôture de l’Année de la Vie Consacrée ; cette mission a été remplie comme mentionnée ci-après.
  • Préparer un document qui présente l’identité de notre vocation aujourd’hui; un groupe de travail composé de représentants d’instituts divers et internationaux (laïcs hommes /femmes, prêtres) a réalisé un premier travail qui a été complété par le conseil exécutif, puis il a été communiqué à la Congrégation dans un esprit de communion. L’état de ce travail vous sera présenté pendant cette assemblée;
  • Préparer une formation en ligne pour les membres d’Instituts Séculiers; un groupe de travail a été constitué; il a fait l’inventaire des éléments de base à partir des textes du Magistère souvent peu connus des Instituts; le point sur ce travail va vous être présenté pendant cette assemblée.

Trois évènements majeurs ont concerné la CMIS:

  • La Rencontre des formateurs en avril 2015

1 200 participants parmi lesquels 100 membres d’instituts séculiers. Pierre Langeron, au titre de la CMIS,  a été le modérateur pendant une journée, les deux Unions des Supérieurs Majeurs (hommes – Femmes) ont assuré ce rôle pour les deux autres journées . Deux membres d’Instituts Séculiers ont fait un témoignage « à deux voix » (une voix italienne et une voix indienne).  Hélas les Actes de cette rencontre ne sont pas encore disponibles.

  •  La Rencontre des Jeunes consacrés en septembre 2015

4000 participants ; une dizaine de membres d’institut séculier ont pu y participer. La période (en semaine) et le changement de dates n’ont pas permis aux membres laïcs des instituts séculiers de se libérer de leur travail pour y participer.

  • La semaine de clôture de l’Année de la Vie Consacrée fin janvier 2016

5 000 participants, dont 400 membres d’instituts séculiers.

Deux journées étaient dédiées à chaque forme de vie consacrée; la Congrégation a sollicité l’aide de  la CMIS pour préparer les deux jours dédiés aux Instituts Séculiers; deux intervenants ont été proposés par la CMIS: le père Christoph Theobald et le père Subhash Anand; le troisième intervenant, un professeur de l’université de Milan (Madame Chiara Giacardi), a fait un apport plus sociologique sur les nouveaux comportements dans la société actuelle.

Pendant cette semaine, 50% des membres des Instituts Séculiers ont choisi d’être hébergés au même hôtel; cela a facilité une meilleure connaissance et communication entre les instituts séculiers présents, un climat très paisible, joyeux.

Toutes les interventions de cette semaine seront publiées dans la Revue de la Congrégation, Sequela Christi .

Cette Année de la Vie Consacrée a révélé clairement:

  • Les traits communs de la vie consacrée exprimés pendant cette année entrainent une exigence pour les Instituts Séculiers: apprendre à communiquer sur ce qui est original pour la vocation séculière consacrée aujourd’hui: dans son rapport au monde pour l’annonce du Salut.
  • Les Instituts ont besoin maintenant d’approfondir cette sécularité consacrée vécue au quotidien, dans le monde et en fonction du lieu (continent, cultures…) où chacun vit; le sens, les formes de la « sécularité » ont évolué, ou sont différents. La formation est l’un des terrains privilégié pour découvrir les nouveautés de la sécularité.
  • Les prêtres membres d’Instituts séculiers doivent aussi apprendre à exprimer leur originalité propre de la sécularité.

La vie de la CMIS a été très occupée par la préparation de la clôture de l’Année de la Vie consacrée; du temps a manqué pour aller jusqu‘au bout des dossiers en cours (la formation par exemple) et d’autres questions  nécessaires à notre vocation aujourd’hui (les nouvelles réalités de notre vocation dans des pays et cultures marqués par d’autres religions, des philosophies, des modes de vie, et les formes nouvelles d’engagements à la suite du Christ par exemple).

La Congrégation, après avoir accueilli favorablement notre projet sur les traits identitaires de notre vocation, rappelle qu’au moment de leur création, les Instituts séculiers étaient une nouveauté ; leur identité était la sécularité, tandis qu’aujourd’hui et depuis Vatican II, cette sécularité est devenue commune ; même la radicalité concerne tous les baptisés.

Des nouvelles formes de vie apparaissent avec les communautés nouvelles qui invoquent une consécration dans le monde.

Le véritable enjeu pour les Instituts est de renouveler leur identité sur leurs relations avec le siècle: interpréter le monde d’aujourd’hui, la notion de salut avec la monde, la façon de suivre la Christ chaste, pauvre et obéissant dans toutes les relations humaines de notre vie quotidienne aujourd’hui.

Dans un esprit de communion, la Congrégation nous invite à approfondir notre vocation  aujourd’hui:

  • les traits caractéristiques de l’identité des Instituts séculiers doivent être clairs et compréhensibles par les personnes de notre temps, principalement les jeunes, les évêques, etc., et ils doivent être exprimés de façon positive;
  • ils sont communs à tous les Instituts Séculiers, et doivent cependant permettre leur diversité, car la variété des Instituts reflète la variété des dons de l’Esprit;
  • bien marquer la nouveauté de la vie séculière consacrée dans le monde, en lien avec les nouveautés du monde et de la vie consacrée;
  • renouveler le paradigme des Instituts séculiers, pour renouveler leur identité, en considérant la nouveauté dans leur relation avec le siècle, la notion de salut avec le monde, la façon de suivre le Christ pauvre, chaste et obéissant;
  • fonder la force des Instituts séculiers comme force dans l’Eglise;
  • penser à la formation des membres des Instituts Séculiers.

IV – Le service de notre vocation   

Pendant ces quatre années, la CMIS a plus particulièrement invitée à des temps forts de l’Eglise au nom de tous les Instituts Séculiers ; ainsi par exemple :

  • Le séminaire organisé par le Conseil pour la Famille (septembre 2014) pour préparer le premier synode de la Famille;
  • La béatification de Paul VI (18 octobre 2014)
  • La béatification de la fondatrice de l’Institut Séculier Magdalena Aulina
  • La Rencontre Européenne des Supérieur(e)s majeur(e)s et des moniales à Tirana (Albanie) - mars 2015
  • Les journées de la Vie Consacrée au Brésil en aout 2015 où Adalia Tavares nous a représentés;
  • Les rencontres avec les évêques de Slovaquie pour présenter notre vocation;
  • La messe annuelle célébrant la vie consacrée à Saint Pierre de Rome en 2013, 2014, 2015 et bien sûr avec tous les instituts de vie consacrée le 2 février 2016.

 La CMIS a rencontré des Instituts Séculiers qui l’ont sollicitée, notamment en Pologne, Slovaquie, Italie (Assemblée générale des Volontaires de Don Bosco), Espagne, en Amérique Latine. La CMIS a aussi soutenu les instituts séculiers présents en Slovaquie pour la création d’une conférence nationale, et des instituts séculiers du Venezuela pour relancer un travail commun.

 La CMIS a été également présente à des temps forts des Conférences Nationales ou Territoriales:

  • La Conférence Italienne qui a rencontré le Pape François Le 10 mai 2014
  • L’Assemblée de la Conférence Asiatique qui s’est tenue en octobre 2014 en Corée; la nouvelle présidente est Adelaïde Vaz qui est aussi membre du conseil exécutif de la CMIS.
  • La célébration de l’Année de la Vie Consacrée organisée par l’Episcopat Belge le 23 avril 2015.
  • La deuxième rencontre européenne des Instituts Séculiers à l’université de Salamanque (Espagne) en juin 2015.
  • Le colloque organisé par la Conférence Française le 17 octobre 2015 à l’université jésuite du centre Sèvres à Paris «Appelés à être dans le cœur du monde avec le cœur de Dieu».

 La Présidence de la CMIS, accompagnée des personnes du secrétariat (Pierre et Chiara) a rencontré le Pape François le 7 décembre 2015. Ce fut un temps d’écoute très fort du Saint Père; nous avons lui exprimé nos questions sur notre vocation si mal connue dans l’Eglise. La Pape François a insisté sur trois points :

  • le pape Pie XII a été l’auteur d’un acte révolutionnaire en créant les Instituts séculiers; l’Eglise y tient et cela doit continuer;
  • les membres d’Instituts Séculiers doivent vivre leur consécration en priorité dans le monde;
  • la vulnérabilité est une caractéristique propre des instituts séculiers à laquelle les Instituts ne doivent jamais renoncer.

V – Informations Diverses

L’Eglise est, à sa manière, attentive à notre vocation :

  • Le Pape François a appelé fortement l’Eglise à «sortir vers le monde», «aller aux périphéries»; cette même invitation pressante a été faite à tous les IS lors de sa rencontre avec les IS d’Italie le 10 mai 2014.
  • Deux fondateurs d’Instituts Séculiers ont été nommés «Vénérable» par le Pape François (Lazzati 2013, Elena Da Persico 2014); fin 2016, le fondateur de Notre Dame de Vie sera béatifié.
  • Un membre laïc d’IS a été nommé membre de la Congrégation des Instituts de Vie Consacrée en 2014.
    La CMIS a proposé des noms pour la tache de Consulteurs de la même Congrégation.
  • Monseigneur Gérald Cyprien Lacroix (IS Pie X) a été nommé Cardinal en 2014; puis il a été nommé membre de la Congrégation des Instituts de Vie Consacrée

En conclusion,

La CMIS est invitée à servir en priorité sa mission: «promouvoir des études et recherches pour approfondir la nature et la mission actuelle des Instituts Séculiers» (article 1 – d des statuts).

Parmi les défis qui se présentent à la CMIS:

- Accueillir les NOUVEAUTES qui marquent notre relation au monde, nos manières de vivre la synthèse entre la consécration et la sécularité en suivant le Christ pauvre, chaste et obéissant ; quels nouveaux accents vit la sécularité consacrée dans le monde actuel : complexe, international ; des pays marqués d’abord par d’autres religions, philosophies, des cultures où la place de l’homme dans la société ne se vit pas de la même manière partout.

- Comment la contemplation et l’offrande au Seigneur de la vie du monde, de notre vie quotidienne dans la prière et la vie sacramentelle éclairent la découverte des signes des temps et devient force de l’Eglise au cœur du monde?

- Les dimensions fraternelles de la vie humaine au moment où de nouvelles formes de vie consacrée apparaissent (communautés nouvelles entre autres);

- La sécularité comme lieu de formation de tous les membres des Instituts Séculiers pour toute la durée de leur vie, et comme lieu d’apprentissage des conseils évangéliques pour suivre le Christ.

Quelques priorités pour les travaux à venir de la CMIS :

-Continuer le travail sur les traits identitaires de notre vocation pour renouveler le paradigme des Instituts Séculiers, pour renouveler leur identité en considérant la nouveauté dans leur relation avec le siècle, la notion de salut avec le monde, la façon de suivre le Christ pauvre, chaste et obéissant;

-Renouveler la formation des membres d’Instituts Séculiers, avec l’accent de la sécularité comme premier lieu de formation, pour comprendre ce que vivent les personnes de notre temps, pour apprendre à lire les signes des temps, à discerner les évolutions de la sécularité et permettre aux membres des IS d’être fidèles aux appels de l’Esprit qui nous devance dans le monde.

Dans ce cadre, la CMIS dispose d’outils : les textes sur son site Web, la formation en ligne qui est en préparation ; il faut y ajouter les expériences des Conférences Nationales et des Instituts qui préparent des formations => il faut apprendre à échanger, à communiquer entre nous : entre CMIS et Conférences Nationales/Continentales et Instituts sur ces questions. Les outils sont là.

La CMIS disposait d’un outil, DIALOGO, qui a été stoppé pour des raisons juridiques. Plusieurs IS l’utilisaient comme moyen de formation; il est toujours réclamé. Le moment est certainement venu de créer un autre outil (Newsletter par exemple) pour répondre aux demandes d’un nouveau Dialogo.

-Penser à la formation tout au long de la vie, et pas seulement avant les vœux définitifs pour plusieurs raisons, entre autres:  le souci de l’accompagnement des membres d’IS âgés pour qu’ils vivent leur fidélité à leur appel jusqu’au bout de leur vie ; les nouveautés de la sécularité en Asie, en Afrique, dans les pays industrialisés pour d’autres raisons sont autant d’invitations à accueillir le souffle de l’Esprit qui appelle les Instituts Séculiers  à renouveler leurs relations avec le siècle, notre monde.

- Dans les pays où il n’y pas de Conférence Nationale, il a été proposé à la Congrégation que la CMIS soit un référent pour les évêques qui se proposent de reconnaître un IS (en respectant les dernières règles du Vatican qui n’étaient pas toujours suivies: la reconnaissance de tout Institut de Vie Consacrée nécessite d’abord la consultation de la Congrégation sur la nature identitaire du Groupe).

- Dans un Esprit de communion, échanger régulièrement avec la Congrégation sur le contenu, le vécu de notre vocation, les initiatives prises. Poursuivre les rencontres stables.

- L’Afrique: le conseil sortant a manqué de temps sur ce point. Il a souhaité que les IS Africains s’organisent entre eux, prennent l’initiative; la CMIS pourrait alors les soutenir.

Vicenta Estellés
I.S. Obreras de la Cruz
Presidenta de CEDIS


 «Lo nuestro es pasar…  haciendo camino»

(“Cantares” A. Machado)

 Comunicación
“Formación de Formadores”

 —Experiencia compartida en la Conferencia Española de Institutos Seculares—

 


ESQUEMA DE LA COMUNICACIÓN

  1. Introducción
  2. La Formación de Formadores, una necesidad sentida
    1. Por la sociedad
    2. Por la Iglesia
    3. Por los Institutos Seculares
  1. «Se hace camino al andar»
    • Punto de partida: perfil del Formador-Formadora
    • Hoja de Ruta del Formador/Formadora
    • Punto de llegada: responder al nuevo perfil de los/las formandas.
    • Avituallamiento para el camino
  2. Nuevo desafío para los Formadores/as: la mirada a nuestros Institutos
  1. Caminando hacia un Proyecto formativo
    • Engarzar etapas
    • Caminar en equipo
  2. Otras ayudas para el camino
  3. Mis fotos del viaje. A modo de conclusión
  4. «Lo nuestro es pasar… haciendo camino»

  1. Introducción

Agradezco la invitación a tomar la palabra en este foro, expresión de la diversidad de rostros que adquiere el carisma de la secularidad consagrada; y expresión de la comunión que hace posible la presencia dinamizadora del Espíritu en nuestras vidas.

Me han pedido que exponga la experiencia que compartimos en CEDIS sobre la Formación de Formadores. Contaré cuándo y cómo nació esta iniciativa; las experiencias que considero importantes en el transcurso de 30 años, y los desafíos a los que hemos ido respondiendo. Quiero hacer una observación: en esta experiencia han participado fundamentalmente Institutos Seculares femeninos presentes en España.

He titulado esta Comunicación con una frase del poeta español Antonio Machado, que define muy bien lo que siente todo formador y formadora, que se sabe “mediación” de Dios y enviado por su Instituto.

  1. La «Formación de Formadores», una necesidad sentida

Por la sociedad

El éxito de la empresa radica en la excelencia de la formación. El mundo empresarial lo sabe y dedica personas, tiempo y dinero. Si entramos en google y buscamos «Formación de Formadores», encontraremos infinidad de cursos, cursillos, encuentros, masters…

Por la Iglesia

En la Iglesia hay una preocupación sentida, y compartida especialmente por la vida consagrada. Y así lo recoge la exhortación apostólica Vita Consecrata: «Resulta verdaderamente importante la preparación de formadores idóneos, que aseguren en su servicio una gran sintonía con el camino seguido por toda la Iglesia. Será conveniente crear estructuras adecuadas para la formación de los formadores»[1].

Como acción especialmente significativa de esta preocupación ha sido el reciente Congreso de Formadores de la Vida consagrada, organizado por la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y SVA, celebrado en Roma. Un aldabonazo a la conciencia de todos sobre la necesidad de cuidar la formación y a los Formadores, para poder ser “padre y madres” que engendren y den a luz una nueva vida consagrada, como ha dicho el Papa Francisco[2].

Por los Institutos Seculares

Buceando en los orígenes. En 1984, hace 32 años, la CMIS convocó su Asamblea y Congreso con el tema «La Formación en los Institutos Seculares». Se quería profundizar en objetivos y contenidos de la formación. Y surgió un aspecto importante: la «Formación del Formador y el cometido de la CMIS». Se propuso, incluso, crear y poner en práctica cauces operativos sobre ello. Y de las Conferencias nacionales cabía esperar una contribución eficaz en animar, orientar y procurar Jornadas y Cursillos para Formadores.

A partir de ese momento, la Conferencia Española de Institutos Seculares —CEDIS— se plantea como acción prioritaria ofrecer a los Institutos herramientas que favorezcan la formación de sus miembros desde la secularidad consagrada.  Y en 1986 crea la Comisión de Formación, como respuesta al desafío que planteó la CMIS: «La tarea formativa, dado nuestro peculiar estilo de asumir la consagración, constituye un verdadero desafío y hace particularmente urgente la tarea de formar formadores»[3].

Así comienza una andadura fecunda para los Institutos Seculares en España. CEDIS no pretende suplir a los Institutos en la formación de sus Formadores, sino posibilitar espacios y momentos para compartir experiencias, reflexionar juntos sobre cómo formar desde la secularidad consagrada, respetando la libertad y la autonomía de cada Instituto.

Ese mismo año, 1986, la Comisión de Formación acuerda convocar un encuentro anual. Se inician las Jornadas de Formación de Formadores, que de manera ininterrumpida hemos celebrado durante 30 años.

A los Institutos Seculares nos caracteriza la pluralidad de formas de organizarnos, de tareas y misiones, de realidades institucionales, número de miembros, dispersión geográfica, etc.; pero se comparte una convicción: se quiere apostar

  • por la calidad de la formación;
  • por formar desde y para la secularidad consagrada;
  • por la Formación de Formadores.
  1. «Se hace camino al andar…»

Aquellas mujeres de la primera generación que impulsaron CEDIS, emprendieron el camino con decisión y se pusieron manos a la obra. Otras, continuaron el trabajo con gran interés e implicación. Hoy agradecemos a Dios el camino recorrido.

Punto de partida: perfil del Formador/Formadora

Durante muchos años las personas encargadas de la formación, viendo las cualidades y virtudes que les pedían sus Reglamentos, compartieron un gran interés por adquirir conocimientos para transmitirlos a las formandas/os. Pero ya entonces se vislumbraban nuevas maneras de formar; se intuía que «todo quehacer formativo es, o al menos implica, un acompañamiento humano-espiritual de la persona que se forma», y éste acompañamiento «debía ser personalizado, integrador, progresivo y gradual»[4].

Asimismo, la Iglesia iba perfilando el quehacer de los Formadores, poniendo el énfasis en su función como mediación: «Dios Padre … es el formador … Pero en esta obra Él se sirve de la mediación humana».[5]

Y pide a los Formadores ser personas:

  • expertas en los caminos que llevan a Dios;
  • que sepan acompañar a otros y les ayuden a ser personas libres desde el discernimiento vocacional;
  • que sean personas de diálogo: y su instrumento sea el coloquio personal;
  • que aseguren en su servicio sintonía con el camino seguido por la Iglesia.

A estos elementos, para nuestros formadores y formadoras se suma un reto permanente: formar desde la secularidad consagrada. Y ésta es una tierra que hay que roturar constantemente. No nos han entregado un manual para saber cómo formar desde la novedad de la secularidad consagrada. Los Formadores han ido roturando, y siguen roturando un terreno en el que cada Instituto se juega su identidad y carisma.

Hoja de ruta del Formador/Formadora

El hilo conductor que ha orientado la «Formación de Formadores», ha sido:

  • El formador o formadora es persona en camino, en proceso vocacional, hasta alcanzar la configuración con Cristo por la ruta de la secularidad consagrada.
  • El formador o formadora está en continuo discernimiento para vivir la espiritualidad de la encarnación en toda realidad humana;
  • El formador o formadora vive implicado y complicado, confiando en la posibilidad de trasformar el mundo, desde su tarea de formar.
  • El formador o formadora busca, junto a otros, la pedagogía vital que transmita la belleza de seguir a Jesucristo desde la secularidad consagrada.

Desde el servicio de la formación, acompañando e iniciando a otros en el seguimiento de Cristo, se vive conscientemente el propio proceso vocacional.

Punto de llegada: responder al nuevo perfil de los/las formandas

Quienes llaman, hoy, a nuestra puerta vienen equipados con un singular sincretismo de ideas y creencias; nuevos ropajes culturales; algunos con heridas por rupturas personales o familiares, con deseos de permanecer en el mundo, pero buscando un “hogar cálido” donde encontrar respuestas de sentido a sus vidas; lugares donde ser escuchados y acogidos; con un nivel cultural alto, pero con poca o sesgada formación religiosa; con sensibilidad solidaria, pero con dificultad para tomar opciones duraderas; defensoras a ultranza de su autonomía y libertad; preparadas para la comunicación “virtual”… En algunos casos, buscando más la realización personal que la entrega al servicio de la misión; y muchas veces influenciados por visiones antropológicas diferentes a la cristiana.[6]

Avituallamiento para el camino

Las situaciones nuevas exigen nuevas respuestas, preparación en diferentes disciplinas y, sobre todo, mucha implicación de los Formadores en el acompañamiento de los formandos/as. Durante 30 años, en las Jornadas anuales de Formación de Formadores se han ido identificando nuevos problemas, desafíos y necesidades, y se han ido ofreciendo contenidos y metodologías apropiadas. Más o menos, ésta sería la secuencia de los contenidos que hemos ido ofreciendo:

  • Contenidos teológicos: Cristología, Eclesiología, Liturgia, Biblia; teología de los consejos evangélicos y la secularidad.
  • Para el conocimiento personal y formación humana, se ha profundizado en el autoconocimiento propio y ajeno al servicio de la Formadora; sobre rasgos de madurez y salud mental; evolución psicosexual; la madurez afectivo-emocional, el enneagrama, etc.
  • Formación para la secularidad consagrada, procurando una mirada al mundo desde la teología de la Encarnación; formación sobre ética y moral social; los “signos de los tiempos” y cómo discernirlos; espiritualidad secular; teología de la creación; espiritualidad de la acción; lectura creyente de la realidad desde el libro del Apocalipsis., etc.
  • Metodologías para formar desde y para la secularidad. Acogiendo orientaciones de las Asambleas de la CMIS, se organizaron jornadas sobre la Revisión de vida y la Lectio divina como métodos formativos.

A partir del curso 2005, vimos la necesidad de proponer una Formación más sistemática y se planificaron trienios y un bienio formativo:

  • Trienio 2005-2006-2007: «Experiencia de Dios y secularidad consagrada»: El hacer de Dios en mi vida: entre el deseo y la resistencia»; Contemplativos en la acción; La liturgia lugar privilegiado para el encuentro con Dios.
  • Trienio 2008-2009-2010: desde el Discurso de Benedicto XVI a los IISS (2007), se trabajaron estos temas: Ser laboratorio de diálogo con el mundo; Formar para la inserción y la comunión; Relectura de los consejos evangélicos desde lo cotidiano”.
  • Trienio 2011-2012-2013: Desde las tres encíclicas de Benedicto XVI profundizamos en los consejos evangélicos vividos en secularidad y desde el actual contexto social.
  • Bienio 2014-2015: dedicado al discernimiento personal y comunitario, con la finalidad de vivir y ayudar a vivir buscando el querer de Dios.

Nuestras Jornadas de «Formación de Formadores» concluyen siempre con un plenario o trabajo de grupos, orientado por una consagrada secular, con la finalidad de concretar los contenidos del curso a la realidad de los II.SS.

  1. Nuevo desafío para los Formadores: la mirada a nuestros Institutos

En España escasean las vocaciones y la mayoría de nuestros Institutos —aunque no todos— muestran ya un rostro longevo por la edad de sus miembros; experiencia totalmente inédita en la historia institucional, que han de tener en cuenta también los Formadores.

El grupo mayoritario es de edad más avanzada, en contraste con el pequeño grupo de jóvenes que se incorporan. El de mediana edad, en plenas facultades para el compromiso profesional e institucional, suele ser menor, y «corre el riesgo de la rutina y la consiguiente tentación de la desilusión por la escasez de los resultados», como nos recuerda Vita consecrata[7].

Y nos hemos preguntado: ¿Cómo acompañar la integración de generaciones jóvenes en la vida y misión de un Instituto “mayor”? ¿Cómo armonizar propuestas formativas capaces de favorecer el crecimiento humano, espiritual y apostólico-profesional desde una misma espiritualidad y misión, con tanta diversidad de situaciones?

Además, el grupo de mayores, generalmente, ha conocido al Fundador o Fundadora, y su sentido de pertenencia al Instituto conlleva una especial carga emocional.

Por eso, a los Formadores, sin olvidar el reto que supone siempre cuidar la formación de los miembros dispersos geográficamente, se les plantean nuevos desafíos:

  • tener en cuenta la diversidad de situaciones vitales de los miembros del Instituto;
  • desde la formación, animar en el Instituto el cuidado de la pastoral vocacional.

«Es necesario que sea el Señor el Maestro, el que nos envíe a acompañarlos en su respuesta; y nuestra vida como laicas y laicos consagrados sea una propuesta de seguimiento atrayente, bella, radical, arriesgada, que oriente su existencia, responda a sus interrogantes y armonice su vida en la experiencia de Dios desde la secularidad[8]

  1. Caminando hacia un Proyecto formativo

Los Institutos echábamos en falta algún instrumento que armonizara las propuestas formativas y se ajustara a estas nuevas necesidades.

La Comisión de Formación puso en marcha, con un buen grupo de Formadoras, un fecundo trabajo: consensuar elementos que no podían faltar en el plan formativo de un Instituto Secular. Se agrupó el trabajo en torno a cuatro niveles: antropológico; cristológico; eclesial; y presencia en el mundo.

Se trabajó mucho en este soñado Proyecto. No terminó siendo documento oficial de CEDIS, pero despertó en los Institutos el deseo de preparar su proyecto o plan de formación. Ha sido hermoso y provechoso compartir materiales y Proyectos ya experimentados por otros Institutos; han sido un regalo para todas, los vínculos fraternos que ha suscitado el trabajo en común y la gratuidad con la que se han compartido experiencias.

“Engarzar etapas”

Iniciamos este Proyecto en clave de Formación Inicial, pero, la Iglesia venía sugiriendo en sus documentos la necesidad de que la formación llamada inicial se prolongara hasta la profesión perpetua o incorporación definitiva, cuidando especialmente los años de Incorporación temporal con una formación específica y un acompañamiento asiduo por parte de los Formadores.

A este modo de concebir la Formación Inicial, se añadía la preocupación por cuidar y prolongar, si hiciera falta, el necesario discernimiento vocacional, previo al ingreso en el Instituto. Así lo está pidiendo también ahora el Papa Francisco.

Vita consecrata acuñó una expresión sugerente: engarzar etapas: «el proceso formativo no se reduce a la fase inicial, ésta debe engarzarse con la formación permanente» (VC 69).

Así, poco a poco, hemos ido concibiendo la formación como un itinerario «de progresiva asimilación de los sentimientos de Cristo», constituido por etapas engarzadas unas con otras, acompañando a las personas desde su situación real y respetando su ritmo. Ninguna etapa se agota en sí misma; cada una es continuación de la precedente, y mirada al futuro de la siguiente.

Caminar en equipo

Esta tarea necesita ser compartida con otros. La coordinación y el diálogo entre los Responsables de la Formación inicial y Permanente, se hace imprescindible para poder unir criterios y procurar gradualidad en el proceso formativo; para coordinar objetivos de las diferentes etapas, contenidos y tiempos. En la «Formación de Formadores» impulsada por CEDIS, se trabajó también sobre cómo configurar el Equipo Formador, funciones; dinámicas relacionales, etc.

  1. Otras ayudas para el camino

CEDIS promueve otras instancias que amplían la «Formación de Formadores»:

  • La Jornada anual de Formación y Convivencia para miembros de los Institutos, amigos y colaboradores.
  • La Cátedra “Iglesia. Secularidad. Consagración”: creada por CEDIS en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Estas iniciativas tienen como objetivo ofrecer una continua reflexión sobre la secularidad en la Iglesia y la secularidad consagrada. Y adentrarnos en la vida de nuestros Fundadores, procurando una lectura de sus vidas que posibilite a las generaciones más jóvenes conectar con lo más genuino del carisma, de modo que pueda proponerse con la fuerza que conlleva la novedad de esta vocación.

  1. Mis fotos del camino. A modo de conclusión

Dos convicciones

  1. Nos necesitamos. Todos somos responsables de velar por la vitalidad y misión de la secularidad consagrada en el mundo y en la Iglesia. Las Conferencias Nacionales son una excelente ayuda para los Institutos, y particularmente lo son para los Institutos más pequeños en número. Sería muy útil que las Conferencias tuvieran un Proyecto de «Formación de Formadores».
  1. El Proyecto formativo es un instrumento importante para ayudar a los Formadores y Formadoras de nuestros Institutos a impulsar una formación que ayude a vivir con sentido y gozo el carisma de la secularidad consagrada en todas las etapas de la vida.

Dos desafíos

  1. Las nuevas realidades sociales, personales e institucionales, exigen respuestas creativas y flexibles, nuevos lenguajes y nuevos métodos:
    • Para expresar la belleza del seguimiento de Jesucristo en secularidad consagrada.
    • Para responder al nuevo perfil de los miembros de los Institutos, de los candidatos, y de los Formadores y Formadoras.
    • Para responder a los desafíos del mundo, desde la fidelidad a la Iglesia.
    • Para suscitar nuevas vocaciones a los II.SS. desde un discernimiento vocacional exigente, y evitar que la eventual “crisis de cantidad” determine una “crisis de la calidad”.
  2. El gran desafío para todos los Institutos: comprender y vivir con pasión la síntesis secularidad-consagración, como lo más genuino de nuestra vocación.
  1. «Lo nuestro es pasar… haciendo camino»

Quiero terminar con estas recomendaciones del Papa Francisco a los Institutos Seculares italianos: “No perdáis jamás el impulso de caminar por los senderos del mundo… Ir incluso con paso incierto o renqueando, es siempre mejor que estar parados, cerrados en los propios interrogantes o las propias seguridades. Pobres entre los pobres, pero con el corazón ardiente. Nunca parados, siempre en camino. Juntos y enviados… Siempre en camino, con esa virtud que es una virtud peregrina: ¡la alegría!” [9]

Y permitidme que, en nombre de esta Asamblea, dé las gracias a cuantos han sido y son Formadores y Formadoras de nuestros Institutos. Ellos son testigos de las maravillas que Dios puede hacer en quien acoge su llamada; y son, también los que más sufren cuando se constata la incapacidad de responder a esa llamada o la infidelidad a la voluntad del Señor

Por eso el Papa Francisco les anima —nos anima— a «vivir con alegría y gratitud este ministerio, con la certeza de que no hay nada más bonito en la vida que pertenecer con todo el corazón a Dios, y dar la vida al servicio de los hermanos».


[1] JUAN PABLO II. Exhortación apostólica Vita consecrata, 66

[2] FRANCISCO. Discurso a los participantes en el Congreso de Formadores de la vida consagrada, 11 abril 2015.

[3] M. TERESA CUESTA. Relación Asamblea Mundial de Institutos Seculares. Roma 1984.

[4] M. TERESA CUESTA. Relación Asamblea Mundial de Institutos Seculares. Roma 1984.

[5] JUAN PABLO II. Exhortación apostólica Vita consecrata, 66

[6] En el resumen de la encuesta sobre Formación que hizo la CMIS en 2’013, podemos encontrar un elenco de aportaciones sobre el perfil de los jóvenes que ingresan o se acercan a nuestros Institutos.

[7] JUAN PABLO II. Exhortación apostólica Vita consecrata, 70

[8] M.JOSÉ CASTEJÓN. Claves para hablar de la secularidad consagrada a los jóvenes. Jornadas de II.SS. Valencia, octubre 2003.

[9] FRANCISCO. Discurso a los Institutos Seculares italianos. Mayo 2014

Olga Krizova

Formazione in un Istituto presente in diversi Continenti

Il nostro Istituto si chiama Volontarie di don Bosco.

Nato: 1917 a Torino - Italia

Fondatore: Don Filippo Rinaldi

IS di Diritto Pontificio dal 1978

Presente in 4 Continenti

Uno dei 6 più grandi IS nel mondo

La nostra presenza nel mondo

Continente

Nazioni Membri

Africa

12   52

America

21

 395

Asia 11

 146

Europa 15

 610

   

 

Totale 59

1 203

Sappiamo, che l’Unico formatore è lo Spirito Santo, ma la responsabilità della formazione è di ognuna di noi. L’Istituto assiste, aiuta, dà una il mano, cerca di essere vicino a ognuna che ne ha bisogno.  4

La formazione permanente é il più importante impegno nella nostra vita e tutta la struttura dell’Istituto é orientata a questo compito.

La struttura dell’Istituto

Ogni struttura ha la sua responsabilità e responsabile per la formazione.

Le tappe della formazione

Abbiamo il Sussidio formativo con i contenuti della formazione per ogni tappa del cammino nella vita dell’Istituto: Preaspirantato, tre anni aspirantato, poi consacrazione temporanea e consacrazione perpetua. La formazione permanente continua per tutta la vita.

Penso che ogni Istituto ha elaborato, secondo il proprio carisma e la propria missione, i contenuti formativi.

I nostri contenuti formativi trattano gli aspetti ai punti fondamentali della nostra vocazione:

Tutto questo é orientato alla nostra missione.

Vi presento come esempio solo alcune

Secolarità – formazione umana

  • Cura della salute (dono)
  • Equilibrio psichico
  • Equilibrio emozionale
  • Accettazione della propria storia
  • Stima di se stesso e degli altri
  • Crescita nella capacità di ascolto e dialogo
  • Cura delle relazioni umane (perdono, pazienza ...)
  • Capacità di condivisione
  • Sviluppo della responsabilità e autonomia personale...

Secolaritá – formazione verso il mondo

  • Cura per la creazione
  • Conoscenza del mondo odierno
  • Apprezzamento dei valori secolari (lavoro, organismi sociali ...
  • Capacità di fare discernimento tra i valori e i mezzi da utilizzare...
  • Apertura per accettare le diverse culture e lavorare per lo sviluppo...
  • Corragio per entrare come cristiana nelle varie problematiche sociali...

Consacrazione – la vita cristiana

  • Primato di Dio nella vita
  • Conoscere e applicare il messaggio del Vangelo
  • La vita di preghiera
  • La vita sacramentale
  • Sviluppo delle virtù cristiane
  • Devozione mariana
  • Approfondimento del senso di appartenenza alla Chiesa (conoscenza e applicazione del Magistero)

Consacrazione

  • La vita del battesimo
  • Conoscenza e vissuto dei tre voti
  • La risposta gioiosa al dono della consacrazione
  • essere creativi nella donazione a Dio nel mondo
  • Apertura allo Spirito Santo che é presente nel mondo

Salesianitá – il mondo giovanile

  • Interesse e sensibilitá verso i giovani e i loro bisogni
  • Appoggio alle famiglie
  • La predilezione verso i giovani poveri e bisognosi
  • La pedagogia salesiana
  • Il sistema preventivo di don Bosco

 Salesianitá – Lo spirito salesiano

  • Sviluppo della speranza e ottimismo salesiano
  • Laboriositá e onestá
  • Capacità di dialogo
  • Portare il clima della famiglia nei vari ambienti
  • Sensibilitá per i semplici e gli ultimi (esclusi)
  • Stima e obbedienza al Papa

Come iniziamo nei vari continenti?

Prima di iniziare in qualche posto (dove non c’è la nostra presenza), dobbiamo avere assicurata la formazione. Come la assicuriamo? Tramite l’assistenza – ordinariamente del prete salesiano, o di altra persona che vive sul posto ed è capace di accompagnare l´interessata.

All’ assistente noi inviamo i nostri documenti principali perché possa capire la nostra vocazione e proponiamo a lui i passi e i contenuti formativi. Siamo in contatto con lui tramite la Consigliera centrale incaricata di quel territorio.

Man mano che la persona interessata cresce e si aggiungono a lei delle altre persone, costituiamo il sottogruppo o (per 6 consacrate) il gruppo. Queste strutture già hanno la propria responsabile, che prende il compito di occuparsi di gran parte della formazione delle sorelle nel gruppo.

L’Assistente aiuta ed è disponibile ad offrire il servizio sacerdotale.

Formazione degli assistenti

Organizziamo per loro incontri formativi o li invitiamo ai nostri convegni formativi (a livello mondiale o regionale)

Formazione delle formatrici

In genere – ogni struttura ha anche la sorella incaricata per la formazione (centro, Regione, gruppo, stgr.), che cura specialmente questo settore e accompagna le persone a lei affidate, secondo le tappe della formazione.

Incontri per le formatrici

  • Ogni due anni – il centro
  • Una volta in anno la Regione

Aiuto da anche Sussidio formativo – abbiamo ben rielaborato il Sussidio formativo che puo aiutare a ogni livello della formazione.

I mezzi formativi

. autoformazione – L’Istituto propone i materiali e la persona sceglie; la persona cerca di partecipare anche alle varie proposte dalla società e della Chiesa locale che la possano aiutare nella sua formazione (umana, cristiana, professionale …)

- a livello di gruppo

Ordinariamente la formazione si propone tramite incontri formativi (ritiro mensile, incontro particolare per la formazione),  il colloquio personale con la responsabile (ogni mese),  la condivisione nel gruppo sulla propria vita

- a livello di Regione

-  Gli EE.SS., Fraternità (incontri informali per migliorare i rapporti umani tra i gruppi e le persone, Corso di cultura (un giorno per lo studio delle problematiche interessanti per la maggioranza (p.e. sviluppo emozionale nella donna nubile)

- a livello mondiale

- Convegni e congressi nei vari continenti sui temi più urgenti (le sfide della nostra missione)

- Grande valore formativo hanno anche le Assemblee Generali, che si svolgono ogni 6 anni. Tutti i membri partecipano alla preparazione – riflettono, discutono su alcuni temi o problemi scelti (p.e. AG7 ha avuto come tema quello della Formazione permanente, con lo slogan: “Donna, chi cerchi?”) e dopo l’assemblea tutte studiano e cercano di integrare nella loro vita gli orientamenti che ha proposto l’AG.

- Abbiamo anche la Circolare con il nome Crescere, che ha carattere formativo e informativo. Alcune Regioni hanno anche la loro circolare locale…

Il Centro ogni due anni propone come input – il piano formativo attuale per tutto l’Istituto. Ogni Regione e ogni gruppo poi cerca il suo modo come viverlo o aggiunge anche altri argomenti attuali.

Problemi

  • Le distanze
  • Le lingue
  • Le diversità delle culture
  • Le diversità nel livello della vita cristiana
  • Le diversità nel livello economico

 Le distanze

Vi sono grandi distanze:

  • Tra i membri dei Gruppi dipendenti dal centro e il centro e anche tra i membri in genere
  • Trai vari gruppi della stessa Regione (alcune Regioni sono costituite da gruppi che si trovano in vari Paesi (p.e. Thai, India, Vietnam é unica Reg.)
  • Trai membri dello stesso gruppo (sono da varie città)

 Soluzioni e sfide

  • Costituire Regioni più piccole, dividendo le grandi, cercare di rafforzare la formazione in ogni Paese, aiutare a crescere e poi creare una Regione.
  • Usare i mezzi per la comunicazione (internet)
  • Utilizzare bene gli incontri personali per la formazione (organizzare bene, buoni relatori, e buon metodo del lavoro)
  • Per i gruppi dipendenti dal Centro sono le Consigliere incaricate che comunicano spesso con le sorelle

(Cerchiamo di costituire le Regioni con gruppi vicini per assicurare la formazione; ogni Regione, secondo le proprie possibilità, cerca di individuare i mezzi e i tempi per dare la formazione (p.e. in Argentina vi sono grandi distanze tra i gruppi e nei gruppi tra le persone).

Le lingue

  • La traduzione nelle varie lingue richiede un enorme impegno e anche un costo
  • I Paesi in cui non sono stati tradotti i materiali in lingua locale sono: Timor Est, Sri Lanca, Indonesia, Cambogia, Lituania, Japan
  • Alcuni contenuti importanti non sono capiti abbastanza bene a causa della mancata traduzione.
  • Non é possibile la formazione diretta

Soluzioni e le sfide

Le traduzioni dei documenti sono assicurate:

dal Centro - italiano, francese, inglese, spagnolo, portoghese

dalle Regioni –lingue slave (polacco, slovacco, ceco, russo,sloveno, ungaro,fiammingo, tedesco,coreano, cinese, vietnamita, thailandese…):

dai traduttori del posto:  Japan, Timor Est, Indonesia, Sri Lanca..., alcuni paesi Africani Rwanda, Madagascar ... Qui, per la mancanza di traduzioni in lingua locale, vi sono problemi con la formazione...

Soluzioni e le sfide

  • appoggiare lo studio delle lingue sul posto
  • aiutare perché si facciano le traduzioni delle lingue locali (sopratutto dei documenti fondamentali)
  • Nella comunicazione scritta usare internet – translator
  • Fare gli incontri formativi nelle lingue del posto
  • Nelle strutture formative nominare le persone che conoscono le lingue

Le diversità delle culture

  • Ogni Paese ha la sua storia che condiziona la cultura
  • Alcuni Continenti hanno la cultura un po’ omogenea: Europa, America (sopr.AL)
  • Non esiste un’unica cultura africana e sopratutto asiatica
  • Dobbiamo tener conto anche dei rapporti storici tra le nazioni (i conflitti, le guerre...)

Soluzioni e sfide

Per portare la secolarità consacrata nelle varie società, dobbiamo conoscere la cultura del posto. Se noi non viviamo sul posto, non é possibile, o quanto meno è difficile.

Come fare?

  • Proponiamo le idee fondamentali alle persone interessate e poi loro cercano come trasformarle in vita e in missione efficace per il Regno.
  • Comunichiamo con la persona e così anche noi entriamo man mano nella conoscenza e possiamo aiutare nella formazione.
  • Grande aiuto riceviamo dagli Assistenti, che sono presenti sul posto e capiscono meglio la cultura.
  • Insieme con gli Assistenti cerchiamo contenuti formativi adeguati
  • Cerchiamo anche di realizzare qualche cambiamento della struttura (Regioni più piccole, possibilmente nello stesso Paese...)
  • Adeguiamo alcune nostre abitudini alla loro situazione (in India il riserbo...)
  • Sottolineiamo l’aspetto secolare (p.e. in Africa é molto difficile capirlo e anche viverlo...)

Le diversità della cultura religiosa

      Abbiamo sorelle provenienti

  • da famiglie pienamente cristiane (Kerala – India)
  • da famiglie con un cristianesimo vissuto in modo superficiale
  • da famiglie Tao e Buddiste, che sono neofite, però dobbiamo aiutarle nella formazione cristiana ...
  • da famiglie atee, senza clima religioso

Soluzioni e proposte

  • Apprezzare la cultura multireligiosa
  • Da parte dell’Istituto (Centro) studiare di più queste cose e ascoltare le sorelle
  • Contenuti formativi adeguati
  • Chiarire le cose principali (distinguere le abitudini che si riferiscono alla cultura locale da quelle fondamentali del cristianesimo)

Le diversità nel livello economico

        Così come esistono diversità a livello economico tra i Continenti e i vari Paesi, si    registrano, a questo riguardo  anche differenze tra le sorelle e tra le Regioni

Soluzioni e sfide

  • Aiuto personale raramente (solo quando é la sorella nella situazione straordinaria – terremoto, malatia ...)
  • Le Regioni economicamente autonome aiutano le Regioni povere, ma solo per la formazione (contribuiscono agli incontri formativi, stampa dei documenti...)
  • Diamo attenzione alle motivazioni iniziali (nel senso economico ...)
  • Non cambiare la loro posizione sociale con nostri contributi

Il problema aperto

Tutte queste problematiche a cui ho accennato, non le abbiamo risolte pienamente.

Ho sottolineato solo alcune, ma ve ne sono anche delle altre  (p.e. la formazione in Europa)

e siamo sicure che ne emergeranno delle altre.

Ma siamo in cammino...

Soluzioni e proposte in genere

  • Affidare tutto a Dio (perché se Lui chiama dà anche la crescita)
  • Essere umili e grate per ogni vocazione
  • Essere aperte per imparare le cose nuove
  • Essere vicine alle sorelle
  • Pregare perché il mondo si rinnovi anche tramite questa vocazione

 Robert Daviaud

La formation des membres d’Instituts Séculiers

 Les points d’attention du Magistère

 

 Le Magistère a donné une grande importance à la formation spécifique des membres d’Instituts Séculiers.

Pie XII relève la nécessité d’une «formation attentive et suffisamment longue que doivent donner les Instituts Séculiers» à leurs membres, avec une «règle de vie bien adaptée » pour vivre «dans le siècle, une «consécration de soi au Seigneur dans le monde», grâce à «l’appel spécifique de Dieu et avec son aide» (Provida Mater N°9).

Pie XII met en évidence d’emblée les points importants de la vocation des Instituts Séculiers à prendre en compte dans la formation: Il s’agit d’un appel spécifique de Dieu, avec l’aide, la grâce de l’Esprit Saint, pour vivre «dans le siècle». C’est une consécration de soi au Seigneur au cœur du monde.

Paul VI a précisé que, pour les membres des Instituts Séculiers: «Leur tâche première ... est la mise en œuvre de toutes les possibilités chrétiennes et évangéliques cachées, mais déjà présentes et actives dans les choses du monde. Le champ propre de leur activité évangélisatrice, c'est le monde vaste et compliqué de la politique, du social, de l'économie, mais également de la culture, des sciences et des arts, de la vie internationale, des mass media".

Cela ne signifie pas, évidemment, que les Instituts séculiers, en tant que tels, doivent se charger de ces tâches. Cela revient normalement à chacun de leurs membres. C'est donc le devoir des Instituts eux-mêmes de former la conscience de leurs membres à une maturité et à une ouverture qui les poussent à se préparer, avec beaucoup de zèle, à la profession choisie, afin d'affronter ensuite avec compétence, et en esprit de détachement évangélique, les poids et la joie des responsabilités sociales vers lesquelles la Providence les orientera.» (25 Aout 1976)

Ce pape rappelle la première tâche des membres au service de la réalisation des choses du monde. C’est le champ propre de leur activité évangélisatrice. C’est une tâche que chacun doit assumer personnellement. Pour cela, c’est un élément essentiel de former à une maturité dans l’exercice d’un travail, d’une profession, d’une responsabilité.

 

Jean Paul II, reprenant cette phrase de Paul VI, a exhorté «tous les membres, prêtres et laïcs, à persévérer dans la recherche d'une meilleure compréhension des réalités et des valeurs temporelles par rapport à l'évangélisation elle-même:

  • le prêtre, pour se rendre toujours plus attentif à la situation des laïcs et pour porter au presbyterium diocésain, non seulement une expérience de vie selon les conseils évangéliques et une aide communautaire, mais aussi une sensibilité exacte du rapport de l'Église au monde;
  • le laïc, pour accueillir le rôle particulier dévolu à celui qui est consacré dans la vie laïque au service de 1'évangélisation.

Jean Paul II, évoquant brièvement «la vie laïque au service de l’évangélisation», donne de précieux repères sur l’originalité des prêtres, membres d’Instituts Séculier:  souci des laïcs, vie séculière dans le concret des Conseils Evangéliques, sens de la communauté entre prêtres, intelligence du rapport de l’Eglise au monde.

 

Benoit XVI a souligné l’enjeu de la formation:

 «La formation n’omet aucun âge, parce qu’il s’agit de vivre sa vie dans la plénitude, s’éduquant à la sagesse qui est toujours consciente de la centralité humaine et de la grandeur du Créateur. Vous devez rechercher les contenus et les modalités d’une formation qui fasse de vous des laïcs et des prêtres capables de se laisser interroger par les complexités du monde, de rester ouverts aux sollicitations venant de vos relations avec les frères qui croisent votre chemin, de s’engager dans un discernement de l’histoire à la lumière de la Parole de vie. Vous devez être disponibles pour construire, avec tous ceux qui recherchent la vérité, des parcours de bien commun, sans recourir à des solutions toutes faites et sans avoir peur des questions qui restent telles, mais toujours prêts à remettre votre vie en jeu, certains que si le grain de blé qui tombe en terre meurt, il porte du fruit en abondance (cf. Jean 12,24).

Vous devez être créatifs, parce que l’Esprit apporte sans cesse des nouveautés; vous devez avoir des regards capables de construire l’avenir et d’enfoncer des racines solides dans le Christ notre Seigneur, pour pouvoir dire aux hommes du temps présent l’expérience d’amour qui est à la base de la vie de chaque homme» (18 juillet 2012).

La formation permet la consciencee de la centralité de la personne humaine et de la grandeur du créateur. Capacité à comprendre la complexité du monde, à regarder les signes, à poser un discernement à la lumière de la parole de vie, afin d’être créatif du fait de l’Esprit qui ne cesse d’apporter des nouveautés.

Le Pape François aux IS d’Italie (10 Mai 2014)

«Vous vivez dans le monde et en même temps dans la contemplation. Cette dimension contemplative tournée vers le Seigneur est aussi tournée vers le monde. Vous contemplez la réalité du monde, ses beautés, mais aussi les péchés de la société et ses déviances, mais toujours dans une vision spirituelle… Votre vie est comme le grain de blé, comme le levain. Il s’agit de faire tout son possible pour que le Règne vienne, croisse et devienne grand…

Vous êtes laïcs ou prêtres par vocation, comme les autres et au milieu des autres, vous menez une vie ordinaire, dépourvue de signes extérieurs, sans le soutien d’une vie communautaire, sans la visibilité d’un apostolat organisé ou d’œuvres spécifiques. Vous êtes seulement riches de l’expérience absolue de l’amour de Dieu… Vous êtes le signe de cette Eglise en dialogue dont parle Paul VI…

Votre vocation vous engage à passer à côté de tout homme et à vous faire proche de toute personne que vous rencontrez. Le fait que vous soyez dans le monde n’est pas simplement une condition sociologique, mais c’est une réalité théologale qui vous appelle à être conscient, attentif, à savoir entrevoir, voir et toucher la chair de votre frère… Si cela n’a pas lieu, si vous devenez distraits ou pire encore, que vous ne connaissez pas le monde actuel mais connaissez et ne fréquentez que le monde dans lequel vous êtes le plus à l’aise ou qui vous attire le plus, alors il devient urgent que vous vous convertissiez !»

Le  pape François indique l’essentiel: «Vous vivez dans le monde et en même temps dans la contemplation» D’où une formation qui éduque à un regard contemplatif sur les beautés et les péchés du monde, pris comme une réalité théologale. Dans un style de vie dépouillé, être signe  de dialogue, se faire proche, quitte à se convertir, pour accepter et fréquenter les gens, sans les choisir selon nos affinités.

Le canon 722 indique que les membres des instituts séculiers «seront formés à mener une vie selon les conseils évangéliques et à l’orienter tout entière vers l’apostolat».

La Congrégation des Instituts de Vie Consacrée a précisé (le 6 avril 1980) le canon 722 pour les Instituts Séculiers:

- la formation est une «contribution humaine au travail invisible pour conduire la personne intéressée à la collaboration indispensable avec l’Agent principal qui est l’Esprit Saint»; elle est donc un agir de Dieu et elle fait appel et à la responsabilité de la personne; elle exige du temps, une croissance en autonomie et responsabilité personnelle dans toutes les activités de la vie.

- le plan de formation doit être «graduel et adapté aux personnes car sa finalité est le développement intégral et unitaire de la personne»; cela exige une vraie connaissance de la personne en formation et de prendre chacun dans sa réalité concrète: sa formation de base personnelle, ses devoirs professionnels et sociaux, les possibilités offertes par son milieu de vie, les traits spécifiques à l’Institut, les moyens de formation extérieurs …  en veillant à la coordination des divers éléments pour favoriser en chaque sujet l’unité désirée. C’est dire l’importance d’avoir des personnes formatrices elles-mêmes témoins de cette vocation et bien formées pour cette mision.

- la formation n’a pas comme domaine de compétence seulement la connaissance de sa propre vocation et du charisme de son propre Institut mais elle doit être finalisée vers une formation solide de base en vue de la mission de la personne appelée dans le monde.

Un long chemin

La formation est un long chemin qui permet à la personne d’expérimenter, tout au long de sa vie, ses dispositions notamment à:

  • Vivre une union radicale avec le Seigneur, avec le soutien de l’Esprit Saint et des autres croyants, au plus près des réalités humaines et ecclésiales habituelles.
  •  faire un effort constant de synthèse entre la foi et la vie, de dialogue avec le monde dans la réciprocité, entre l’Évangile et l’Histoire, entre la sécularité et la vie consacrée, afin de devenir levain au cœur du monde, qui est le lieu théologique de sa vocation et sa mission.
  •  Articuler sens de la Création à faire réussir, l’approfondissement du mystère de l’Incarnation, l’advenue du Règne de Dieu.
  •  suivre totalement et exclusivement le Christ par les conseils évangéliques, sans quitter le contexte du monde actuel et se laisser progressivement configuré au Christ, dont l’Esprit seul peut transformer les capacités d’aimer, d’agir et de posséder, en vue de la transformation du monde;
  •  assumer le risque et la responsabilité du discernement des « temps nouveaux » Pour cela, cultiver un regard Théologal qui fait voir avec les yeux du Sauveur et discerner les signes de l’Esprit.
  •  croître dans la communion fraternelle à l’intérieur de son propre Institut et à l’extérieur, et ce, avec réciprocité. C’est toute l’attention à la vie affective, à la dimension corporelle, à l’unification de la vie, au sens de la relation avec autrui.
  •  Il y a le temps spécifique de la première formation en vue des Engagements, mais il s’agit aussi de se considérer en formation continuelle avec beaucoup d’humilité, de courage et de confiance en Dieu qui est “le vrai formateur” et avec l’aide précieuse de la prière de Marie.

Palabras de los Papas sobre los Institutos Seculares

PABLO VI - 20 de septiembre de 1972

 

Os halláis en una misteriosa confluencia entre dos poderosas corrientes de la vida cristiana, recogiendo riquezas de una y de otra. Sois laicos, consagrados como tales por los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, pero habéis escogido el acentuar vuestra consagración a Dios con la profesión de los consejos evangélicos aceptados como obligaciones con un vínculo estable y reconocido. Permanecéis laicos, empeñados en el área de los valores seculares propios y peculiares del laicado (Lumen gentium 31), pero la vuestra es una "secularida consagrada" (Pablo VI, 13 de febrero de 1972), vosotros sois "consagrados seculares" (Pablo VI, 26 de septiembre de 1970).

 Ninguno de los dos aspectos de vuestra fisonomía espiritual puede ser supervalorado a costa del otro. Ambos son "coesenciales". "Secularidad" indica vuestra inserción en el mundo. Significa no sólo una posición, una función que coincide con el vivir en el mundo ejerciendo un oficio, una profesión "secular". Debe significar, ante todo, toma de conciencia de estar en el mundo como "lugar propio vuestro de responsabilidad cristiana". Estar en el mundo, es decir, comprometidos con los valores seculares, es vuestro modo de ser Iglesia y de hacerla presente, de salvaros y de anunciar la salvación. Vuestra condición existencial y sociológica deviene vuestra realidad teológica y vuestro camino para realizar y atestiguar la salvación. De esta manera sois un ala avanzada de la Iglesia "en el mundo"; expresáis la voluntad de la Iglesia de estar en el mundo para plasmarlo y santificarlo «como desde el interior, a guisa de fermento» (Lumen gentium 31), quehacer, éste, confiado principalmente al laicado. Sois una manifestación muy concreta y eficaz de aquéllo que la Iglesia quiere hacer para construir el mundo descrito y presagiado por la Gaudium et spes.

"Consagración" indica, en cambio, la íntima y secreta estructura portadora de vuestro ser y vuestro obrar. Aquí está vuestra riqueza profunda y escondida que los hombres, en medio de los cuales vivís, no saben explicarse y, a menudo, no pueden ni siquiera sospechar. La consagración bautismal ha sido ulteriormente radicalizada como consecuencia de una crecida exigencia de amor suscitada en vosotros por el Espíritu Santo; no es la misma forma de consagración propia de los religiosos, pero, ciertamente, es de tal índole que os empuja a una opción fundamental por una vida según las bienaventuranzas evangélicas. De modo que estáis realmente consagrados y realmente en el mundo. «Estáis en el mundo y no sois del mundo, pero sí sois para el mundo», como os hemos explicado en otra ocasión (Pablo VI, 26 de Septiembre de 1970).

Vivir una verdadera y propia consagración según los consejos evangélicos, pero sin la plenitud de "visibilidad" propia de la consagración religiosa. Esta visibilidad, la constituyen, además de los votos públicos, una vida comunitaria más estrecha y el "signo" del hábito religioso. La vuestra es una forma de consagración nueva y original, sugerida por el Espíritu Santo para ser vivida en medio de las realidades temporales y para inocular la fuerza de los consejos evangélicos -los valores divinos y eternos- en medio de los valores humanos y temporales.

Vuestras opciones de pobreza, castidad y obediencia son modos de participar en la cruz de Cristo, porque a Él os asocian en la privación de bienes, por otro lado verdaderamente lícitos y legítimos; pero son también modos de participación en la victoria de Cristo resucitado, en cuanto os liberan de la fácil ventaja que dichos valores podrían tener sobre la plena disponibilidad de vuestro espíritu.

Vuestra pobreza dice al mundo que se puede vivir en medio de los bienes temporales y se pueden usar los medios de la civilización y del progreso sin convertirse en esclavo de ninguno de ellos; vuestra castidad dice al mundo que se puede amar con el desinterés y la hondura ilimitada propios del Corazón de Dios y que se puede uno dedicar gozosamente a todos sin ligarse a nadie, cuidando sobre todo a los más abandonados; vuestra obediencia dice al mundo que se puede ser feliz sin pararse en una cómoda opción personal, pero quedando disponible del todo a la voluntad de Dios, tal como se manifiesta en la vida cotidiana, a través de los signos de los tiempos y de las exigencias del mundo actual.

Así, también vuestra actividad en el mundo - sea personal, sea colectiva, en los sectores profesionales en que estáis individual o colectivamente comprometidos - recibe de la vida consagrada una orientación más relevante hacia Dios, quedando también la misma actividad como arrollada y transportada dentro de vuestra misma consagración. Y con esta singular y providencial configuración enriquecéis la Iglesia de hoy con una ejemplaridad particular en el sector de su vida "secular", viviéndola como consagrados, y de una ejemplaridad particular en el sector de su "vida consagrada", viviéndola como seculares.

JUAN PABLO II - 1 de febrero de 1997

 

Hace ya algunos años, dirigiéndome a los participantes en el II Congreso internacional de los institutos seculares, afirmaba que se encuentran «en el centro, por así decir, del conflicto que desasosiega y desgarra el alma moderna» (21 de septiembre de 1980). Con esas palabras deseaba yo hacerme eco de algunas consideraciones de mi venerado predecesor Pablo VI, que había dicho que los institutos seculares eran la respuesta a una inquietud profunda: la de encontrar el camino de la síntesis entre la plena consagración de la vida según los consejos evangélicos y la plena responsabilidad de una presencia y de una acción que transforme el mundo desde dentro, para plasmarlo, perfeccionarlo y santificarlo (13 de febrero de 1972).

En efecto, por una parte, asistimos a la rápida difusión de formas de religiosidad que proponen experiencias fascinantes, y en algunos casos también comprometedoras y exigentes. Pero el énfasis se pone en el nivel emotivo y sensible de la experiencia, más que en el ascético y espiritual. Se puede reconocer que tales formas de religiosidad tratan de responder a un anhelo cada vez más renovado de comunión con Dios y de búsqueda de la verdad última sobre él y sobre el destino de la humanidad. Y se presentan con el atractivo de la novedad y del fácil universalismo. Pero estas experiencias suponen una concepción ambigua de Dios, que no corresponde a la que ofrece la Revelación. Además, están desarraigadas de la realidad y de la historia concreta de la humanidad.

A esta religiosidad se contrapone una falsa concepción de la secularidad, según la cual Dios es ajeno a la construcción del futuro de la humanidad. La relación con él se considera una elección privada y una cuestión subjetiva, que al máximo se puede tolerar, siempre que no pretenda influir de alguna manera en la cultura o en la sociedad.

Cómo afrontar, por tanto, este gran conflicto que afecta al espíritu y al corazón de la humanidad contemporánea? Se convierte en un desafío para el cristiano: el desafío de transformarse en agente de una nueva síntesis entre la máxima adhesión posible a Dios y a su voluntad y la máxima participación posible en las alegrías y esperanzas, angustias y dolores del mundo, para orientarlos hacia el proyecto de salvación integral que Dios Padre nos ha manifestado en Cristo y que continuamente pone a nuestra disposición por el don del Espíritu Santo.

Los miembros de los institutos seculares se comprometen precisamente a realizar esto, expresando su plena fidelidad a la profesión de los consejos evangélicos en una forma de vida secular, llena de riesgos y exigencias con frecuencia imprevisibles, pero con una gran potencialidad específica y original.

Portadores humildes y convencidos de la fuerza transformadora del reino de Dios y testigos valientes y coherentes del deber y de la misión de evangelización de las culturas y de los pueblos, los miembros de los institutos seculares son, en la historia, signo de una Iglesia amiga de los hombres, capaz de ofrecer consuelo en todo tipo de aflicción y dispuesta a sostener todo progreso verdadero de la convivencia humana, pero, al mismo tiempo, intransigente frente a toda elección de muerte, de violencia, de mentira y de injusticia. También son para los cristianos signo y exhortación a cumplir el deber de cuidar, en nombre de Dios, una creación que sigue siendo objeto del amor y la complacencia de su Creador, aunque esté marcada por la contradicción de la rebeldía y del pecado, y necesite ser liberada de la corrupción y la muerte. Acaso hay que sorprenderse de que el ambiente en que deberán actuar esté frecuentemente poco dispuesto a comprender y aceptar su testimonio?

La Iglesia espera hoy hombres y mujeres que sean capaces de dar un testimonio renovado del Evangelio y de sus exigencias radicales, estando dentro de la condición existencial de la mayoría de las personas. Y también el mundo, con frecuencia sin darse cuenta, desea el encuentro con la verdad del Evangelio para un progreso verdadero e integral de la humanidad, según el plan de Dios. En esa situación, es necesario que los miembros de los institutos seculares tengan una gran determinación y una límpida adhesión al carisma típico de su consagración: el de realizar la síntesis de fe y vida, de Evangelio e historia humana, y de entrega integral a la gloria de Dios y disponibilidad incondicional a servir a la plenitud de la vida de sus hermanos y hermanas en este mundo.

Los miembros de los institutos seculares se encuentran, por vocación y misión, en una encrucijada donde coinciden la iniciativa de Dios y la espera de la creación: la iniciativa de Dios, que llevan al mundo mediante su amor y su unión íntima con Cristo; la espera de la creación, que comparten en la condición diaria y secular de sus semejantes, viviendo las contradicciones y las esperanzas de todo ser humano, especialmente de los más débiles y de los que sufren. En cualquier caso, a los institutos seculares se les confía la responsabilidad de recordar a todos esta misión, testimoniándola con una consagración especial, con la radicalidad de los consejos evangélicos, para que toda la comunidad cristiana realice cada vez con mayor empeño la tarea que Dios, en Cristo, le ha encomendado con el don de su Espíritu (cf. Vita consecrata, n° 17-22).

El mundo contemporáneo es particularmente sensible ante el testimonio de quien sabe aceptar con valentía el riesgo y la responsabilidad del discernimiento de su tiempo y del proyecto de edificación de una humanidad nueva y más justa. Nos ha tocado vivir en un tiempo de grandes transformaciones culturales y sociales. Por este motivo, es cada vez más evidente que la misión del cristiano en el mundo no puede reducirse a un puro y simple ejemplo de honradez, competencia y fidelidad al deber. Todo esto se supone. Se trata de revestirse de los mismos sentimientos de Cristo Jesús para ser signos de su amor en el mundo. Este es el sentido y la finalidad de la auténtica secularidad cristiana y, por tanto, el fin y el valor de la consagración cristiana que se vive en los institutos seculares.

En esta línea es muy importante que los miembros de los institutos seculares vivan intensamente la comunión fraterna, tanto dentro del propio instituto como con los miembros de otros institutos. Precisamente porque están inmersos como la levadura y la sal en el mundo, deberían considerarse testigos privilegiados del valor de la fraternidad y de la amistad cristiana, hoy tan necesarias, sobre todo en las grandes áreas urbanizadas, donde se halla gran parte de la población mundial.

Albergo la esperanza de que cada instituto secular se convierta en un gimnasio de amor fraterno, en una hoguera encendida, que proporcione luz y calor a muchos hombres y mujeres para la vida del mundo.

BENEDICTO XVI - 3 de febrero de 2007

 

De este modo se delinea con claridad el camino de vuestra santificación: la adhesión oblativa al plan salvífico manifestado en la Palabra revelada, la solidaridad con la historia, la búsqueda de la voluntad del Señor inscrita en las vicisitudes humanas gobernadas por su providencia. Y, al mismo tiempo, se descubren los caracteres de la misión secular: el testimonio de las virtudes humanas, como "la justicia, la paz y el gozo" (Rm 14, 17), la "conducta ejemplar" de la que habla san Pedro en su primera carta (cf. 1 P 2, 12), haciéndose eco de las palabras del Maestro: «Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5, 16).

Además, forma parte de la misión secular el esfuerzo por construir una sociedad que reconozca en los diversos ámbitos la dignidad de la persona y los valores irrenunciables para su plena realización: la política, la economía, la educación, el compromiso por la salud pública, la gestión de los servicios, la investigación científica, etc. Toda realidad propia y específica que vive el cristiano, su trabajo y sus intereses concretos, aun conservando su consistencia relativa, tienen como fin último ser abrazados por la misma finalidad por la cual el Hijo de Dios entró en el mundo.

Por consiguiente, sentíos implicados en todo dolor, en toda injusticia, así como en toda búsqueda de la verdad, de la belleza y de la bondad, no porque tengáis la solución de todos los problemas, sino porque toda circunstancia en la que el hombre vive y muere constituye para vosotros una ocasión de testimoniar la obra salvífica de Dios. Esta es vuestra misión. Vuestra consagración pone de manifiesto, por un lado, la gracia particular que os viene del Espíritu para la realización de la vocación; y, por otro, os compromete a una docilidad total de mente, de corazón y de voluntad, al proyecto de Dios Padre revelado en Cristo Jesús, a cuyo seguimiento radical estáis llamados.

Todo encuentro con Cristo exige un profundo cambio de mentalidad, pero para algunos, como es vuestro caso, la petición del Señor es particularmente exigente: dejarlo todo, porque Dios es todo y será todo en vuestra vida. No se trata simplemente de un modo diverso de relacionaros con Cristo y de expresar vuestra adhesión a él, sino de una elección de Dios que, de modo estable, exige de vosotros una confianza absolutamente total en él.

 Configurar la propia vida a la de Cristo de acuerdo con estas palabras, configurar la propia vida a la de Cristo a través de la práctica de los consejos evangélicos, es una nota fundamental y vinculante que, en su especificidad, exige compromisos y gestos concretos, propios de "alpinistas del espíritu", como os llamó el venerado Papa Pablo VI (26 de septiembre de 1970). El carácter secular de vuestra consagración, por un lado, pone de relieve los medios con los que os esforzáis por realizarla, es decir, los medios propios de todo hombre y mujer que viven en condiciones ordinarias en el mundo; y, por otro, la forma de su desarrollo, es decir, la de una relación profunda con los signos de los tiempos que estáis llamados a discernir, personal y comunitariamente, a la luz del Evangelio.

 Personas autorizadas han considerado muchas veces que precisamente este discernimiento es vuestro carisma, para que podáis ser laboratorio de diálogo con el mundo, «el "laboratorio experimental" en el que la Iglesia verifique las modalidades concretas de sus relaciones con el mundo» (Pablo VI, 25 de agosto de 1976).

De aquí deriva precisamente la continua actualidad de vuestro carisma, porque este discernimiento no debe realizarse desde fuera de la realidad, sino desde dentro, mediante una plena implicación. Eso se lleva a cabo por medio de las relaciones ordinarias que podéis entablar en el ámbito familiar y social, así como en la actividad profesional, en el entramado de las comunidades civil y eclesial. El encuentro con Cristo, el dedicarse a su seguimiento, abre de par en par e impulsa al encuentro con cualquiera, porque si Dios se realiza sólo en la comunión trinitaria, también el hombre encontrará su plenitud sólo en la comunión.

 A vosotros no se os pide instituir formas particulares de vida, de compromiso apostólico, de intervenciones sociales, salvo las que pueden surgir en las relaciones personales, fuentes de riqueza profética. Ojalá que, como la levadura que hace fermentar toda la harina (cf. Mt 13, 33), así sea vuestra vida, a veces silenciosa y oculta, pero siempre positiva y estimulante, capaz de generar esperanza.

Por tanto, el lugar de vuestro apostolado es todo lo humano, no sólo dentro de la comunidad cristiana —donde la relación se entabla con la escucha de la Palabra y con la vida sacramental, de las que os alimentáis para sostener la identidad bautismal—, sino también dentro de la comunidad civil, donde la relación se realiza en la búsqueda del bien común, en diálogo con todos, llamados a testimoniar la antropología cristiana que constituye una propuesta de sentido en una sociedad desorientada y confundida por el clima multicultural y multirreligioso que la caracteriza.

Provenís de países diversos; también son diversas las situaciones culturales, políticas e incluso religiosas en las que vivís, trabajáis y envejecéis. En todas buscad la Verdad, la revelación humana de Dios en la vida. Como sabemos, es un camino largo, cuyo presente es inquieto, pero cuya meta es segura. Anunciad la belleza de Dios y de su creación. A ejemplo de Cristo, sed obedientes por amor, hombres y mujeres de mansedumbre y misericordia, capaces de recorrer los caminos del mundo haciendo sólo el bien. En el centro de vuestra vida poned las Bienaventuranzas, contradiciendo la lógica humana, para manifestar una confianza incondicional en Dios, que quiere que el hombre sea feliz.

La Iglesia os necesita también a vosotros para cumplir plenamente su misión. Sed semilla de santidad arrojada a manos llenas en los surcos de la historia. Enraizados en la acción gratuita y eficaz con que el Espíritu del Señor está guiando las vicisitudes humanas, dad frutos de fe auténtica, escribiendo con vuestra vida y con vuestro testimonio parábolas de esperanza, escribiéndolas con las obras sugeridas por la "creatividad de la caridad" (Novo millennio ineunte, 50).

BENEDICTO XVI – 18 de julio de 2012

 

En medio de la humanidad en camino, animados por el Espíritu Santo, podéis discernir los signos discretos y a veces escondidos que indican la presencia de Dios. Sólo en virtud de la gracia, que es don del Espíritu, podéis entrever en los senderos, con frecuencia tortuosos de las vicisitudes humanas, la orientación hacia la plenitud de la vida sobreabundante. Un dinamismo que representa, más allá de las apariencias, el sentido verdadero de la historia según el designio de Dios. Vuestra vocación consiste en estar en el mundo asumiendo todos sus pesos y anhelos, con una visión humana que coincida cada vez más con la divina, de donde brota un compromiso original, peculiar, fundado en la conciencia de que Dios escribe su historia de salvación en la trama de las vicisitudes de nuestra historia.

En este sentido, vuestra identidad afirma también un aspecto importante de vuestra misión en la Iglesia: es decir, ayudarla a realizar su estar en el mundo, a la luz de las palabras del Concilio Vaticano II: “No impulsa a la Iglesia ambición terrena alguna. Sólo desea una cosa, continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido” (Gaudium et Spes, 3). La teología de la historia es parte esencial de la nueva evangelización, porque los hombres de nuestro tiempo necesitan reencontrar una visión global del mundo y del tiempo, una visión verdaderamente libre y pacífica (cfr. Benedicto XVI, Homilía 16 de octubre de 2011). Y el Concilio nos recuerda también que la relación entre la Iglesia y el mundo se ha de vivir en el signo de la reciprocidad, por lo que no sólo la Iglesia da al mundo, contribuyendo a hacer más humana la familia de los hombres y su historia, sino que se trata también del modo de dar a la Iglesia, de tal forma que pueda comprenderse mejor a sí misma y vivir mejor su misión (cfr. Gaudium et Spes, 40-45).

En primer lugar, la donación total de vuestra vida como respuesta a un encuentro personal y vital con el amor de Dios. Vosotros, que habéis descubierto que Dios es todo para vosotros, habéis decidido darle todo a Dios y hacerlo de una forma peculiar: permaneciendo laicos entre los laicos, presbíteros entre los presbíteros. Esto exige una particular vigilancia para que vuestros estilos de vida manifiesten la riqueza, la belleza y la radicalidad de los consejos evangélicos.

En segundo lugar, la vida espiritual. Punto firme e irrenunciable, referencia cierta para alimentar el deseo de realizar la unidad en Cristo, que es tensión de toda la existencia de cada cristiano y mucho más de quien responde a una llamada total del don de sí. Medida de la profundidad de vuestra vida espiritual no son las muchas actividades, que también exigen vuestro compromiso, sino, más bien, la capacidad de buscar a Dios en el fondo de cada acontecimiento y de reconducir a Cristo todas las cosas. Se trata del“recapitular” en Cristo todas las cosas, de que habla el apóstol Pablo (cfr. Ef 1, 10). Sólo en Cristo, Señor de la historia, toda la historia y todas las historias encuentran sentido y unidad.

Este anhelo se ha de alimentar, pues, en la oración y en la escucha de la Palabra de Dios. En la celebración eucarística encontráis la raíz del haceros pan de Amor, partido por los hombres. Y en la contemplación, en la visión de la fe iluminada por la gracia, se ha de arraigar el compromiso de compartir con todo hombre y toda mujer los interrogantes profundos que anidan en cada uno para construir esperanza y confianza.

En tercer lugar, la formación, que no descuida ninguna edad, porque se trata de vivir la propia vida en plenitud, educándose en la sabiduría que siempre es consciente del carácter de criatura del ser humano y de la grandeza del Creador. Buscad contenidos y modalidades de una formación que os haga laicos y presbíteros capaces de dejarse interrogar por la complejidad que atraviesa el mundo de hoy, de permanecer abiertos a las solicitaciones que provienen de la relación con los hermanos que encontráis en vuestros caminos, de comprometeros en un discernimiento de la historia a la luz de la Palabra de Vida. Estad dispuestos a construir, juntamente con todos los que buscan la verdad, itinerarios de bien común, sin soluciones preconcebidas y sin miedo a los interrogantes que permanecen tales, pero siempre dispuestos a poner en juego vuestra vida, con la certeza de que el grano de trigo, que cae en la tierra, si muere produce mucho fruto (Jn 12. 24). Sed creativos, porque el Espíritu construye novedades; alimentad visiones capaces de futuro y raíces sólidas en Cristo Señor, para saber comunicar también a nuestro tiempo la experiencia de amor que es el fundamento de la vida de cada hombre. Abrazad con caridad las heridas del mundo y de la Iglesia. Vivid sobre todo una vida gozosa y plena, acogedora y capaz de perdonar, porque fundada en Jesucristo, Palabra definitiva de Amor de Dios para el hombre.

PAPA FRANCISCO – 10 de mayo de 2014

 

Sois signo de aquella Iglesia dialogante de la cual habla Pablo VI en la Encíclica Ecclesiam suam: “Desde fuera no se salva al mundo – afirma –; Como el Verbo de Dios que se ha hecho hombre, hace falta hasta cierto punto hacerse una misma cosa con las formas de vida de aquellos a quienes se quiere llevar el mensaje de Cristo; hace falta compartir —sin que medie distancia de privilegios o diafragma de lenguaje incomprensible— las costumbres comunes, con tal que sean humanas y honestas, sobre todo las de los más pequeños, si queremos ser escuchados y comprendidos. Hace falta, aun antes de hablar, escuchar la voz, más aún, el corazón del hombre, comprenderlo y respetarlo en la medida de lo posible y, donde lo merezca, secundarlo. Hace falta hacerse hermanos de los hombres en el mismo hecho con el que queremos ser sus pastores, padres y maestros. El clima del diálogo es la amistad. Más todavía, el servicio.” (n. 33).

Vuestra vocación resulta atrayente a cada hombre y a sus anhelos más profundos, que tantas veces no se expresan o se disfrazan. Por la fuerza del amor de Dios que habéis encontrado y conocido, sois capaces de cercanía y ternura. Tan cercanos estáis que podréis tocar al próximo, sus heridas, sus expectativas, sus preguntas y sus necesidades, con aquella ternura que es expresión de una atención que borra toda distancia. Como el Samaritano que pasó al lado y tuvo compasión. He aquí el movimiento al que os compromete vuestra vocación: pasar junto a cada hombre y haceros prójimo de cada persona que encontráis; porque vuestro permanecer en el mundo no es simplemente una condición sociológica, sino una realidad teologal que os llama a un ser conscientes, atentos, que sabe avistar, ver y tocar la carne del hermano.

Si esto no sucede, si os habéis vuelto distraídos o peor todavía, si no conocéis este mundo contemporáneo sino que conocéis y estáis habituados sólo al mundo que os resulta más cómodo o que más adormece, ¡entonces es urgente una conversión! La vuestra es una vocación en salida por naturaleza, no sólo porque os lleva hacia el otro, sino también y sobre todo porque os pide habitar donde habita cada hombre. Italia es la nación con mayor número de institutos seculares y de miembros. Sois un fermento que puede producir un buen pan para tantos, ese pan del que hay tanta hambre: la escucha de las necesidades, de los deseos, de las desilusiones, de la esperanza. Lo mismo que los que os han precedido en esta vocación, vosotros podéis devolver esperanza a los jóvenes, ayudar a los ancianos, abrir caminos hacia el futuro, difundir el amor en cada lugar y en cada situación. Si esto no sucede, si en vuestra vida ordinaria falta el testimonio y la profecía, entonces, os repito nuevamente, es urgente una conversión.

Si esto no sucede, si os habéis vuelto distraídos o peor todavía, si no conocéis este mundo contemporáneo sino que conocéis y estáis habituados sólo al mundo que os resulta más cómodo o que más adormece, ¡entonces es urgente una conversión! La vuestra es una vocación en salida por naturaleza, no sólo porque os lleva hacia el otro, sino también y sobre todo porque os pide habitar donde habita cada hombre.

No perdáis nunca el ímpetu de caminar por los caminos del mundo, la conciencia de que caminar, andar aunque sea con paso incierto o tropezando, es siempre mejor que permanecer inmóviles, encerrados en las preguntas que se hace uno mismo o en las propias seguridades. La pasión misionera, la alegría del encuentro con Cristo que os empuja a compartir con los demás la belleza de la fe, aleja el peligro de quedar atrapados en el individualismo. El pensamiento que propone el hombre como artífice de sí mismo, guiado sólo por sus propias elecciones y por sus propios deseos, a menudo revestidos de una aparente belleza de libertad y de respeto, corre el peligro de minar los fundamentos de la vida consagrada, especialmente de la secular.

Pobres entre los pobres pero con el corazón ardiente. Nunca quietos, siempre en camino. Juntos y enviados, también cuando estáis solos, porque la consagración hace de vosotros un destello vivo de Iglesia. Siempre en camino con esa virtud que es una virtud peregrina: la alegría.

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