VII Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Vida Consagrada

Quito – Ecuador, 13 a 17 de octubre de 2014

 DOCUMENTO DE SÍNTESIS

Del trabajo realizado y de la experiencia vivida en este encuentro entregamos la siguiente síntesis:

Ver la realidad

“Jesús es camino” (Cf. Jn 14,6), Él vino a nuestra mesa para compartir con esta Asamblea, en la que nos encontramos reunidos varios Obispos responsables de Vida Consagrada en el seno de las Conferencias Episcopales, Presidentas/es o representantes de las Conferencias Nacionales de Religiosas/os del continente latinoamericano y caribeño, así como representantes de la CIVCSVA y de los Institutos seculares.

Como a los discípulos de Emaús, Jesús nos acompañó y condujo en la narrativa de nuestra realidad y de los desafíos que nos interpelan en las regiones de Antillas, México-Centroamérica, Andina y Cono Sur; después del diálogo y del compartir, llegamos a consensuar siete constataciones que interpretamos desde las llamadas y el proyecto de Dios para su Iglesia y, especialmente para la Vida Consagrada.


Constataciones

  1. Necesidad de una mutua valoración de la Vida Consagrada y las Iglesias particulares

 Llamadas:

  • Acoger la llamada a la conversión eclesial y superar con diálogo, cercanía y reconciliación los recelos, conociéndonos y valorándonos mutuamente; y, así, unir nuestras fuerzas para ser un signo más claro, en medio de una sociedad cada vez más secularizada, de nuestra adhesión a Cristo y a su Reino.
  • Valorar el Carisma de la Vida Consagrada y el específico de cada congregación y sociedad de vida apostólica en orden a fortalecer su identidad y a promover la fidelidad creativa a sus orígenes inspiracionales y a la historia de hoy, para aportar a la Iglesia y al mundo la riqueza de los mismos en un clima de diálogo, respeto mutuo y unión de fuerzas, en orden a la misión.
  • Formar en la teología de la comunión, la eclesiología de la participación y el trabajo en equipo, a los candidatos al sacerdocio diocesano y a los/as candidatos/as a la Vida Consagrada, en seminarios y casas de formación.
  • Discernir las nuevas formas de Vida Consagrada, en orden a su acompañamiento e inclusión en la vida y misión de la Iglesia ministerial y participativa; ver la diversidad como una oportunidad para el enriquecimiento espiritual y pastoral de la Iglesia con múltiples rostros.

  1. Falta de participación de la Vida Religiosa masculina en las instancias de animación y en los eventos de la Vida Consagrada

Llamadas:

  • Tomar conciencia del valor único de la Vida Religiosa masculina y de su participación en el caminar y procesos de animación de la Vida Consagrada como fuente, enriquecimiento, corresponsabilidad y complementariedad de horizontes y comunión de misión evangelizadora con la Iglesia.
  • Continuar el estudio del tema de género en un ambiente eclesial y en el marco actual de la sociedad, para ser sujetos activos en el cambio necesario, desde el estilo relacional de Jesús.

  1. Disminución vocacional, envejecimiento de los miembros de las Congregaciones y necesidad de valorar el llamado a la experiencia espiritual de la “minoridad”

Llamadas:

  • Discernir desde la Fe e interdisciplinarmente el fenómeno de la disminución vocacional.
  • Superar la mera preocupación por la supervivencia de las Congregaciones y entrar en el dinamismo del Espíritu, despertando el talante místico y profético de la entrega gratuita, gozosa y generosa de la vida como Consagrados/as, desde la perspectiva de la minoridad, al servicio del Reino.
  • Orar con espíritu humilde y confiado al Padre que envíe operarios/as a su mies, en la diversidad de ministerios y formas de Vida Consagrada.

  1. Inter-congregacionalidad

 Llamadas:

  • Acoger y promover la participación en experiencias de inter-congregacionalidad como una semilla de origen evangélico místico profético, en respuesta conjunta a los clamores de la realidad de nuestro tiempo, inspirados y dinamizados por el arrojo y la audacia de los Fundadores/as de los institutos de consagrada/os.
  • Acoger la llamada del Espíritu a ser signos de su Reino y promover la gestación de un nuevo modelo de Vida Consagrada para asumir los desafíos de la misión desde los valores de la solidaridad, la inclusión, la circularidad, la apertura, la complementariedad, la colaboración, la reconciliación y la paz.
  • Discernir las motivaciones para vivir la inter-congregacionalidad en un nuevo dinamismo de comunión solidaria, desde la identidad y complementariedad de los carismas fundacionales.

  1. Carismas y Laicado

Llamadas:

  • Concientizar que es el Espíritu Santo quien da los Carismas a toda la Iglesia en orden a posibilitar su Reino y, que como un signo de los tiempos, Él los regala a religiosos/as y laicos en comunión eclesial.
  • Discernir la autenticidad de los nuevos Carismas ante el surgimiento de nuevas expresiones de consagración de grupos, movimientos o personas.
  • Acoger la riqueza de los diversos Carismas en comunión con los laicos para que éstos lo encarnen en su vida y misión.

  1. Presencia de la Vida Consagrada en las distintas periferias del pueblo latinoamericano y caribeño: violencia, crisis humanitaria por el fenómeno de migración, círculo del narcotráfico, pobreza extrema, injusticia, depredación de la naturaleza, desastres naturales, corrupción e impunidad

Llamadas:

  • Acompañar la vida que Dios suscita en medio de las realidades de muerte de nuestro pueblo.
  • Mantener una actitud de discernimiento de los modos de acompañar a los que el Padre nos ha confiado, con los criterios de respeto, cercanía, reconocimiento y promoción de su dignidad de hijas/os de Dios.
  • Fortalecer los vínculos y la conformación de redes entre las congregaciones y organismos que hacen presencia en las periferias geográficas y existenciales del Continente.
  • Impulsar la dimensión contemplativa de la Vida Consagrada y promover una espiritualidad encarnada, discipular y misionera que baje al encuentro con Dios, desde una mística de ojos abiertos.

  1. Caminamos hacia la gestación de un nuevo paradigma de una Iglesia de comunión con replanteamientos teológicos sobre el sacerdocio, la Vida Consagrada, los institutos seculares y los laicos

 Llamadas:

  • Retomar el paradigma del Concilio Vaticano II que propone como principio que todos en la Iglesia somos Pueblo de Dios; gestionar la superación del clericalismo y el fuerte deseo de poder, desde la conciencia de que todos tenemos ministerios y servicios complementarios que expresan nuestra consagración bautismal.
  • Integrar en los itinerarios formativos iniciales y permanentes una eclesiología de comunión que favorezca los valores propios de una Iglesia abierta al diálogo interreligioso y cultural.
  • Propiciar la reflexión teológica sobre la diversidad de ministerios y vocaciones desde la perspectiva del modelo de iglesia de comunión y participación.

Síntesis de la iluminación

 

“Jesús es la verdad” (Jn 14,6), Él se nos reveló por medio de su Palabra, nos invitó a romper los frascos (Cf. Mc 14,3) de nuestros dones y ministerios, para ungir con ellos al cuerpo místico de Cristo en la humanidad herida de nuestro Continente, que vive la cruz de la injusticia camino a la pascua de una nueva humanidad; luego nos habló a través del magisterio del Papa Francisco presentada por la CIVCSVA en el contexto del Año de la Vida Consagrada, y en el contexto del Documento de Aparecida y el Horizonte Inspirador de la CLAR compartidos por su presidencia.

Así, reinterpretamos este momento de la historia como un tiempo de Dios, tiempo de Gracia para toda la Iglesia (cf. Lc 4,19); para la Vida Consagrada, la invitación a despertar al mundo e iluminar el futuro desde su talante profético siendo testimonio de un modo distinto de ser y actuar, al encarnar los valores del evangelio en las periferias existenciales de la creación; a salir de sí mismos (cf. Jn 11,43), para hacerse casa de encuentro, comunidad de amor y corazón de humanidad en la vida fraterna y en la misión, y acoger los conflictos como fuente de transformación desde la praxis liberadora de la ternura.

Con oídos de discípulos/as acogimos la invitación a vivir eclesialmente el Año de la Vida Consagrada y a promover la llamada del Espíritu a que sea evangelio, profecía y esperanza. Confirmamos el llamado a la conversión pastoral como Iglesia, desde el cambio de corazón y la mentalidad personal; a sanar el vacío de nuestras incoherencias al darnos con alegría a los pobres; a acompañar a las Nuevas Generaciones en diálogo amoroso, al dejar que entren en nuestro mundo sus lenguajes que expresan una nueva cultura de cambio de época; y a revalorar la vocación de los Hermanos Religiosos que aportan un dinamismo evangélico propio.

En este contexto, las mutuas relaciones han de ser redimensionadas desde la co-esencialidad de la institución y el carisma, que lejos de contraponerse, concurren en el llamado a la santidad y a hacer acontecer el proyecto de Dios Padre, hacia el paradigma de una Iglesia de comunión e inclusión, así como la articulación el horizonte de la Vida Consagrada y los planes pastorales de las iglesias particulares, fomentando el diálogo y la corresponsabilidad.

La Vida Consagrada latinoamericana y caribeña en comunión con sus Pastores, confirmamos siete convicciones que marcan rumbo y son semilla de esperanza, así como algunos criterios de acción para vivir el Año de la Vida Consagrada y algunas sugerencias de acción para concretarlas en nuestras circunscripciones correspondientes.


Desde las orientaciones del magisterio del Papa Francisco y el Horizonte Inspirador de la CLAR

  1. Salir a las periferias existenciales de la realidad desde la centralidad del evangelio en nuestras vidas y estructuras, siendo Betania para los nuevos sujetos y los escenarios emergentes.
  1. Promover comunidades nuevas dinamizadas por la centralidad de la Palabra y el Espíritu, cimentadas en el encuentro personal y comunitario con Jesucristo vivo, en la carne de la Eucaristía y en la carne de nuestro pueblo.
  1. Despertar al mundo e iluminar el futuro, despertándonos a nosotros/as mismos/as de nuestra auto referencialidad para ser testigos de Jesús en medio de una humanidad fragmentada, desde la riqueza de nuestros carismas que han de estar al servicio de la Iglesia y el mundo.
  1. Vivir con coherencia, autenticidad y audacia, inspiradas/os por los gestos y el testimonio del Papa que hacen creíble y fecunda la propuesta de Jesús para la humanidad plural de hoy.
  1. Escuchar, promover y acompañar a las Nuevas Generaciones de Consagradas/os en el discernimiento de los brotes nuevos de evangelio y radicalidad.
  1. Recorrer los caminos de la Inter-congregacionalidad que nos abren a la comunión y solidaridad y son signo paradigmático profético ante una sociedad individualista.
  1. Ser testigos de Evangelio, Profecía y Esperanza como itinerario espiritual hacia la transfiguración de una nueva humanidad y el reencantamiento de la vocación a la Vida Consagrada en fidelidad gozosa y fecunda.

Criterios de carácter proyectivo y eclesial de acción para vivir el Año de la Vida Consagrada

  • Promover que sea una celebración de toda la Iglesia y para toda la Iglesia.
  • Vivirlo como oportunidad de conversión y un tiempo de gracia.
  • Planear conjuntamente los diferentes eventos entre las Conferencias Episcopales y las de Vida Consagrada, como signo de comunión y participación.
  • Hacer memoria de los mártires y santos de la Vida Consagrada de los últimos tiempos en las diferentes Regiones o Conferencias.

 


Sugerencias de algunas acciones

  • Aprovechar las redes sociales y medios de comunicación para dar a conocer la belleza de la Vida Consagrada.
  • Organizar asambleas y congresos de Vida Consagrada, convocando a otras vocaciones y ministerios.
  • Dar a conocer la Vida Consagrada al Pueblo de Dios, con un lenguaje pastoralmente elocuente, a través de las parroquias y diócesis, por medio de sus diversas estructuras.
  • Hacer una marcha de la Vida Consagrada en América Latina y el Caribe en un mismo día del año.
  • Orar un día a la semana por la revitalización y fecundidad de la Vida Consagrada y las vocaciones.

 Síntesis del actuar

 “Jesús es la vida” (Jn 14,6). Él nos inspiró los sueños que inspirarán el horizonte para nuestra Iglesia. Los Obispos responsables de ministerios y vocaciones, los actores de la Vida Consagrada y los Institutos seculares, asumimos algunos compromisos misioneros y acuerdos para vivir el Año de la Vida Consagrada en perspectiva eclesial y proyectiva.


Compromisos misioneros

Obispos:

  • Dar testimonio de Vida de los pastores como vínculo de comunión y diálogo.
  • Conocer a la Vida Consagrada según sus Carismas, para ir a las “periferias”, en la atención a las minorías.
  • El Obispo Coordinador de los Carismas en su Iglesia, velar por el carisma de la Vida Consagrada en su Diócesis a través de la formación- espiritualidad- integración y el acompañamiento.

Religiosas-os:

  • Comunicar la experiencia de este encuentro: fraternidad, búsqueda conjunta y cercanía.
  • Favorecer las relaciones mutuas y fomentar el diálogo frente a las diferencias o asuntos a resolver.
  • Discernir en cada país la oportunidad de crear la comisión mixta.
  • Conocer los lineamientos, criterios y documentos relativos a las mutuas relaciones.
  • Renovar las estructuras a favor de las mutuas relaciones de comunión.

Institutos seculares:

  • Vivir la comunión con Dios siempre y en todos los ambientes.
  • Hacer de la Palabra de Dios, luz y dirección.
  • Unir el evangelio a la vida y la vida al evangelio, en actitud permanente de conversión.
  • Trabajar a favor de Cristo contra el mundo secularizado, utilizando los MCS.
  • Trabajar en comunión, porque unidos tenemos más fuerzas.

Acuerdos para celebrar conjuntamente el Año de la Vida Consagrada: CELAM a través de DEVYM, la CLAR y la CISAL

  • La formulación de una oración por la Vida Consagrada que se lleve a cabo en las iglesias particulares y en los institutos de consagrados/as durante el año.
  • La celebración de un evento significativo en la fecha en la que cada país celebra la jornada de la Vida Consagrada.

Que María del Magnificat acompañe el dinamismo de una iglesia en misión desde la comunión y la alegría de ser testigos del amor de Dios para su pueblo.

Participantes en el VII Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Vida Consagrada

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